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Nortexit ¿Separación en puerta?

  • Javier Treviño Cantú

Ciudad de México.- 3 de noviembre de 2020.- (aguzados.com).- En redes sociales la palabra “Nortexit” se volvió tendencia la semana pasada. Seguramente, igual que yo, usted recibió memes con la imagen de un mapa de la República Mexicana dividida en dos, con una región al norte, separada del país, con el nombre de “Nortexit”.

¿No son ya suficientes los graves retos que enfrentamos ante el Covid-19 y la crisis económica? Parecería que la “división”, como eje rector en la política mexicana, llegó para quedarse. ¡Qué desafortunado!

El lunes 26 de octubre, los 10 gobernadores de la Alianza Federalista realizaron un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador para que escuche sus demandas en materia de impuestos y presupuesto. Los mandatarios de Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Durango, Michoacán, Jalisco, Colima, Chihuahua, Guanajuato y Aguascalientes pidieron también al Ejecutivo federal que deje de centralizar las decisiones del país.

En un acto que no tiene precedentes, gobernadores, empresarios, organizaciones de la sociedad civil de 10 estados se manifestaron simultáneamente para reclamar a la Federación mayor presupuesto para las necesidades estatales. “Estamos aquí para mandar un mensaje contundente de que no estamos dispuestos a tolerar más abusos de la Federación. Ningún estado libre y soberano, que tenga un mínimo de dignidad, puede seguir siendo parte de una Federación cuando el gobierno de la República nos ignora, nos ataca, nos insulta y nos quita lo que nos pertenece”, afirmó el gobernador de Jalisco.

El gobernador de Nuevo León exigió respeto para el estado “por todo lo que hemos aportado a la Federación”. Llamó a terminar con el centralismo del gobierno federal. Reiteró que se debe modificar el pacto federal y amagó que si no hay una respuesta del Ejecutivo federal habrá un rompimiento con los estados.

El presidente Andrés Manuel López Obrador desestimó el conflicto al considerar que tiene tintes electorales: “Estamos en temporada de elecciones y entonces se están agrupando los mandatarios de la Alianza Federalista en contra nuestra, pensando que así van a tener votos. No les debemos nada, y se entregan todos los recursos que por ley les corresponden, y si tienen pruebas de que no se les han entregado los recursos, que las muestren. Les diría que hasta nos deben, si hacemos cuentas”.

El Presidente llamó a los gobernadores a consultar a los ciudadanos de sus estados: “Si tienen vocación democrática tendrían que preguntarles a los ciudadanos de los estados que gobiernan. Les recomendaría que apliquen el mandar obedeciendo”. El conflicto siguió. Los mandatarios estatales le tomaron la palabra al Presidente y anunciaron que buscarán consultar a los ciudadanos para tomar la decisión de romper o no relaciones con la Federación.

El gobernador de Tamaulipas anunció que se va a “hacer un sondeo muy amplio en los diferentes sectores productivos para valorar cuál va a ser el futuro de la relación con un gobierno central que no ha querido entender que quien forma esta República son los estados.

 El gobernador de Coahuila dijo: “Le tomamos la palabra, haremos una consulta para saber si los ciudadanos quieren que Coahuila se salga del pacto fiscal, y que pueda recuperar los recursos que pone generosamente a la nación”.

Los gobernadores de Nuevo León y de Aguascalientes se pronunciaron en el mismo sentido de aplicar una consulta ciudadana e, incluso, colocaron en sus cuentas de Twitter encuestas sobre el tema. El Gobernador de Chihuahua dijo que está listo para una batalla política y legal contra el gobierno federal.

El conflicto entre los estados y el gobierno federal no es menor. Y puede escalar. Podría sumarse a otros movimientos separatistas y salirse de control. Particularmente si consideramos el conflicto que se desatará en Estados Unidos. Después de la elección del martes, Estados Unidos quedará profundamente dividido. Y eso tendrá un impacto en las relaciones con México.

En algunos círculos académicos y militares de Estados Unidos existe la percepción de que la oleada constante de migrantes que siguen llegando a Estados Unidos representa un peligro para ese país. Incluso se considera que las tensiones que se generan en la zona fronteriza y el desarrollo de una cultura distinta podrían provocar un movimiento separatista.

Desde principios de la década de 1980, un editor del Washington Post definió la región que va desde el sur de California hasta Texas como "MexAmerica". En su libro "Las Nueve Naciones de Norteamérica", Joel Garreau señaló que el área que iría de Los Ángeles a Houston se caracterizaba por un crecimiento explosivo, en donde la escasez de los recursos naturales contrastaba con su desarrollo acelerado.

En 2003, Víctor Davis Hanson publicó un libro titulado "Mexifornia: A State of Becoming". Profesor de estudios clásicos de la Universidad Estatal de California en Fresno, miembro de la Hoover Institution, agricultor y californiano de quinta generación, de origen europeo, en su obra analiza la transformación del estado durante las últimas cinco décadas en "Mexifornia", un espacio con una cultura propia. Para Hanson, a diferencia de lo que ocurre con quienes llegan de países lejanos, el hecho de que los migrantes mexicanos estén tan cerca de su lugar de origen hace que no se integren plenamente al nuevo país donde viven y trabajan. El "cordón umbilical" con México produce una cultura regional única, que no es ni mexicana ni estadounidense.

Estos mismos argumentos son los que utilizó Samuel P. Huntington para alzar la voz de alarma sobre el peligro que corre Estados Unidos de convertirse en un país dividido en dos pueblos, dos idiomas y dos culturas. En un artículo publicado en la revista Foreign Policy y en su libro, "¿Quiénes Somos?", el autor de "El Choque de las Civilizaciones" parte de la misma base: debido a la proximidad de su país, los migrantes mexicanos siguen hablando español y no tienen la disposición para integrarse plenamente a la cultura anglosajona. En su opinión, la "reconquista" del suroeste de los Estados Unidos por parte de los migrantes mexicanos está en plena marcha. Cita al profesor Charles Truxillo, de la Universidad de Nuevo México, quien considera que, para el año 2080, los estados del sur de Estados Unidos y los del norte de México podrían formar un nuevo país: la República del Norte.

La visión de la frontera como centro de una nueva cultural transnacional se ha discutido en círculos militares de Estados Unidos. En septiembre de 2002, "Military Review" presentó un estudio sobre las posibilidades de un "movimiento irredentista en MexAmerica". Según los autores, Mark de Socio y Christian Allen, dos académicos de las universidades de Cincinnati y Georgia respectivamente, la región fronteriza está sujeta a profundas tensiones por dos razones. Primero, mientras las barreras al comercio desaparecieron con el TLCAN, los obstáculos para prevenir el flujo ilegal de migrantes y drogas siguen creciendo. Segundo, la integración económica y social de la zona está produciendo una "nación fronteriza". Llevadas al extremo, tales fricciones podrían traducirse en un movimiento separatista.

Este tipo de análisis puede tener resonancia en estados como Texas, que tiene un sentido de identidad prácticamente nacional. En los últimos años se ha convertido en el segundo estado más poblado de ese país, sólo detrás de California, mientras que es el que más rápido está creciendo, después de Florida. Con un nivel de población de origen latino que supera el 38 por ciento, en Texas confluyen todos los retos de la agenda bilateral entre México y Estados Unidos.

Ante la división y la falta de liderazgo de los gobiernos federales de ambos países, las iniciativas de la Alianza Federalista pueden crear más problemas, que se sumarán a la enorme cantidad de asuntos que afectan a la frontera y a los estados fronterizos.

No es la primera vez que Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas, junto con Texas, contemplan las ventajas de una relación más estrecha. La primera fue en 1840, cuando crearon la efímera República del Río Grande. La segunda ocurrió unos años después, cuando se planteó el proyecto de la República de la Sierra Madre. Ninguno de los dos experimentos mejoró la calidad de vida de los mexicanos.

Ojalá que la colaboración prevalezca y el espíritu separatista se disipe.

 

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