- Marco A. Mares
Ciudad de México.- 21 de julio de 2020.- (aguzados.com).- En su participación en la reunión virtual del G-20, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, calculó un periodo de entre un año y año y medio en el que coexistiremos con el Covid-19.
También dijo que la política fiscal, financiera y económica tendrá que ajustarse a este nuevo horizonte.
La primera es una mala noticia, aunque podría quedarse corta.
Parece muy remoto que en ese tiempo se descubra la vacuna anti-Covid-19.
Y la segunda es una buena recomendación. Sin embargo, no la ha seguido el gobierno de México.
A pesar de la pandemia, el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha cambiado su programa de gobierno.
No ha aplicado un plan B, aunque el responsable de las finanzas públicas aseguró que tenían planes B,C y D.
El propio Herrera ha dicho que no se ha aplicado un plan contra cíclico porque México no tiene el margen para endeudarse que tienen otros países.
Pero más allá de las declaraciones y explicaciones oficiales, la realidad es que México está entre los países que menor cantidad de recursos ha destinado para apoyar al sector productivo nacional.
Por eso, todos los analistas económicos han revisado a la baja sus pronósticos de crecimiento y el tiempo que la economía tardará en recuperarse respecto del nivel que tenía, al cierre del 2018.
El apoyo fiscal que el gobierno mexicano ha destinado a los sectores productivos no llega ni a 1% del PIB, aunque Hacienda ha dicho que ronda el 1.5 por ciento.
El gobierno de México compara, negativamente con otros gobiernos, por los recursos que han destinado en apoyo a sus sectores productivos.
En la reunión virtual del G-20, del fin de semana pasado, se advirtió que los 11 billones de dólares (9.6 billones de euros) gastados por los gobiernos del G20, en ayudas a empresas y familias, han permitido evitar una crisis aún mayor.
Recomendaron que tales redes de seguridad deben ser mantenidas.
En México se está dejando morir a las empresas. Los ingresos de millones de personas desaparecieron, el desempleo ha tocado niveles récord y las expectativas en torno a la pobreza, van al alza.
Y paradójicamente, la deuda que el gobierno mexicano está buscando evitar que crezca, indefectiblemente aumentará.
Hasta ahora la mayoría de los pronósticos coincide en que la deuda mexicana llegará al 60% como proporción del Producto Interno Bruto.
Ojalá que en algún momento, la recomendación del secretario de Hacienda, Arturo Herrera, de ajustar al nuevo horizonte (frente al Covid-19) la política fiscal, financiera y económica, se lleve a cabo.
Lo que está claro es que la estrategia económica, tal y como está ocurriendo con la sanitaria, no está funcionando. Al tiempo.
¿Desabasto? no, falta de planeación
Las principales organizaciones de la industria farmacéutica le piden al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que reflexione su decisión de comprar medicamentos en el extranjero.
Le piden que si hay corrupción finquen responsabilidades y castiguen a los responsables.
La Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), la Asociación Mexicana de la Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam) y la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf) en una carta abierta le dicen que el desabasto se debe a la falta de planeación y transparencia del gobierno y no a que la industria no tenga la capacidad para producirlos con calidad y precio.
Acusan que en el 2020 se licitó sólo el 30% de los requerimientos y el 70% restante se adquirió a través de adjudicaciones directas.
Las compras en el extranjero no resolverán el problema del abasto y si provocarán un grave daño a la industria farmacéutica de México y la pérdida de soberanía sanitaria.
Atisbos
REFRESQUERAS.- La ANPRAC, el gremio de los refresqueros, emitió ayer 20 de julio, enérgica protesta en contra del calificativo de “veneno embotellado” que utilizó el subsecretario Hugo López-Gatell en contra de los refrescos. El funcionario, acusan, estigmatiza a esa industria. Aunque todos los doctores coinciden en que los refrescos sí tienen mucha azúcar.