- Mario Granados Roldán
Aguascalientes, Ags.- 2 de junio de 2020.- (aguzados.com).- El futbol mexicano es un cochinero que desprende fétidos aromas. Los hombres de pantalón largo manipulan y tripulan el funcionamiento y andamiaje reglamentario de la industria, de acuerdo a sus particulares intereses, siguiendo los dictados de la selva marina, donde el pez grande se come al pez chico y el gigante del océano se traga a todos de un solo bocado.
La estupidez más reciente es la “clausura” del torneo de Clausura 2020 de la Liga MX, al designar al Cruz Azul para que compita en un torneo de campeones sin ser campeón: el Concacaf Liga de Campeones 2021.
Dos afamados detectives abrieron sendas líneas de investigación científica para localizar causas, razones y motivos que originaron la apresurada decisión de “cancelar” el torneo en lugar de suspenderlo temporalmente.
Las respectivas conclusiones enriquecieron la suposición, el chisme, la especulación y el debate, tan anchos como el campo de juego y tan redondas redondas como el balón.
Una línea de investigación, publicada en el Facebook de Mi Loco Amor Cruz Azul el domingo 17 del mes reciente, se ubicó en el vecindario social:
“Ah, no bueno. Está circulando en redes el plan que se tenían entre manos la Federación Mexicana del Futbol (FMF) y el Club America.
Se dice que la FMF se aferró a jugar la jornada 10 solo para que se jugara el clásico joven, el cual era como una final, ya que se estaba peleando el liderato en ese partido.
El objetivo era que America ganará ese encuentro y se colocara en primer lugar de la competencia, para que en dado caso de no reanudar el torneo, se proclamara campeón el América.
La otra línea de investigación apareció al día siguiente en el popular Deforma:
Meméxico.- Luego de que varios periodistas de la talla de José Ramón Fernández o Gerardo Vázquez de León dieran la primicia sobre la cancelación del Clausura 2020, el equipo de investigación epidemiológica de El Deforma ha logrado ver que el Cruz Azul es el culpable del coronavirus.
Al parecer la sabia naturaleza ya sabía de la posibilidad de que el Cruz Azul se proclamara campeón en el vigente torneo, pues estaba yendo de superlíder del mismo y jugando mejor que con Caixinha. Por ello creó un virus capaz de lograr que esto no sucediera: el coronavirus.
Todos sabemos que el fin del mundo está pronosticado para cuando el Cruz Azul logre romper su mala racha, la cual viene arrastrando desde que se proclamó campeón en el invierno de 1997 contra León.
Sin embargo, la naturaleza decidió pararlo para darnos más tiempo en la Tierra, una nueva oportunidad a la humanidad.
Pero más allá de recargarse en el odiado América o en la deformada chacota del portal digital, es indispensable remitirse a la historia en un país de escasa memoria futbolera, para recordar que en anteriores desastres el torneo mexicano no fue “clausurado”, sino suspendido. Revisemos.
América. Pumas. Tigres y Guadalajara aprovecharon las interrupciones del futbol nacional y obtuvieron el título al reanudarse las hostilidades.
Torneo Prode. 19 de septiembre de 1985. Terremoto en la Ciudad de México. A ese torneo se le llamó de “chocolate” para el América, que fue campeón con tan solo 14 partidos disputados.
Clausura Liga 2009. Influenza AH1N1. Múltiples cotejos se llevaron a cabo sin público. Las Jornadas 15, 16 y 17 se jugaron a puerta cerrada. El campeón fue Pumas.
Apertura Liga 2017. 19 de septiembre de 2017. Otro sismo. Se reprogramaron las Jornadas, empezando por la 10. El campeón fue Tigres.
Clausura Liga 2017. Los árbitros pararon el torneo en la Jornada 10 para protestar porque dos nazaneros fueron agredidos por sendos jugadores. Quedó campeón Guadalajara.
El Cruz Azul pudo unirse al selecto grupo pero el rasero utilizado en las ocasiones anteriores fue otro.
Por todos los merecimientos, empezando por el primer lugar en la tabla general, Cruz Azul es el Campeón Legítimo del Clausura Liga 2020.
Porque alguien tiene que escribirlo: Atrás quedó la Vieja Normalidad. Ayer inició la Nueva Mortalidad presidencial que, por cierto, prohíbe “el uso de, bigote, barba y corbatas” larga, corta o de moño—, porque son “reservorios”, es decir, forman parte de una “población de seres vivos que aloja de forma crónica el germen de una enfermedad, la cual puede propagarse como epidemia”, según la definición del DRAE.
La medida está contemplada en los “Lineamientos Técnicos de Seguridad Sanitaria en el Entorno Laboral”, expedido por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social el lunes 18 del mes pasado, para la normar la reapertura de actividades en la Nueva Mortalidad, y estará vigente “hasta en tanto se declaré terminada la emergencia sanitaria que la originó”.
Como medida sanitaria preventiva usted debe conservar la distancia física de, por lo menos, dos kilómetros cuando esté enfrente de los fifís que porten bozal, bigote, barba y moñito, recomiendan reconocidos epidemiólogos, infectólogos, microbiólogos, otorrinolaringólogos, dermatólogos y veterinarios.
Argumentan los profesionales que el moño —pajarita le llaman los españoles— guarda en sus múltiples pliegues un peligroso zoológico, suficiente para infectar positivamente al terrícola que ose desafiar a Susana Distancia.
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