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Vale al Paraíso / López-Gatell, el “machuchón” del coronavirus

  • Mario Granados Roldán

Aguascalientes, Ags.- 19 de mayo de 2020.- (aguzados.com).- La Universidad Johns Hopkins ubica a México entre los diez países del mundo con más alta letalidad en casos positivos al coronavirus, por encima de Canadá, Brasil, Irán, Estados Unidos, Ecuador, Argentina y Honduras, entre otros; anoche Imagen Noticias de Ciro Gómez informaba que el porcentaje de mortalidad en el mundo es de 6.8% y en México de 10.3%.

El epidemiólogo Andrés Manuel López Obrador y Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud y machuchón de la Covid-19, se llenaron de gloria terrenal al rebasar México a China en el número de fallecidos: nuestro país con 130 millones de habitantes sumó 4 mil 767, mientras el epicentro de la pandemia registró 4 mil 637 con mil cuatrocientos millones de habitantes.

¿Pero qué hicieron bien, desde hace cinco meses, los jerarcas mexicanos de la Covid-19 para lograr semejante hazaña, además de no aplanar la curva ni domar la pandemia? Recordemos algunas decisiones irracionales:

Retardaron las medidas sanitarias preventivas y el gasto para el sector salud.

Convocaron a la comunidad a más abrazos y a más besos.

Demandaron su presencia en fondas y restaurantes, sin temor alguno.

Ignoraron las pruebas serológicas necesarias para diagnosticar puntualmente el tamaño, potencia y comportamiento del virus en México, donde esos test se han aplicado al 0.1% de la población, mientras en Corea del Sur al 1.3%, en Chile al 1.5% y en Alemania al 3.2%.

Mandaron a la chingada (gobernador Martín Orozco Sandoval, dixit) el oportuno uso del bozal, la distancia social, el Quédate en casa y la untada de gel antibacterial.

Registros desordenados. Proyecciones aldeanas. Estadísticas maquilladas. Subregistros ocultos. Diagnósticos equivocados. Son tan antiguas en López-Gatell, como su fallido recorrido en el servicio público.

El periodista Raymundo Riva Palacio recuerda que “en 2009, cuando estaba bajo las órdenes del subsecretario de Salud, Mauricio Hernández, tuvo un problema de confusión de datos, que provocó decisiones erráticas. No basta ser un buen epidemiólogo para contener una pandemia, para lo que se requiere un entrenamiento adicional que, como se empieza a ver otra vez, López-Gatell no tiene.

En aquel año de la pandemia AH1N1, Hernández fue sustituido por Pablo Kuri, reconocido en México y el mundo como el mejor para enfrentar pandemias, y a López-Gatell lo relegaron a tareas menores. El análisis y ordenamiento de la información se modificó, y la toma de decisiones mejoró. Hoy no hay quien, dentro del gobierno, lo refute.

Desde el domingo pasado (19 de abril) se vio desorden en las bases de datos de la Secretaría de Salud, al no cargarse completos los registros, y donde llegaron a subir una versión que después tenían que corregir (El Financiero, 23/04/2020).

El jueves 26 de marzo el presidente López Obrador afirmó que el “19 de abril regresaríamos a la “normalidad”; después prometió que el 10 de mayo festejaríamos a las madres a toda madre, pero no fue así.

El miércoles 8 de abril López-Gatell estimó 26 mil casos de la Covid-19, en base al modelo Centinela; al cierre de ayer se contabilizaban más de 51 mil.

Queda para la historia negra el elogio rastrero del político López-Gatell al epidemiólogo López Obrador: “La fuerza del presidente es moral, no es la fuerza del contagio”.

Porque alguien tiene que escribirlo: El miércoles 13 el Club Campestre de Aguascalientes avisó a sus socios que amparado en una “autorización del ISSEA”, abrió ayer parcialmente sus instalaciones, entre ellas, la alberca olímpica. Los baños permanecerán cerrados y los mugrosos se irán a sus casas esparciendo alegremente el líquido que segregan las glándulas sudoríparas de la piel. ¿Cuántos asintomáticos presumirán sus habilidades en el campo de golf o en el frontenis?, no lo sé, pero recuerdo que los primeros infectados en Aguascalientes —14 y 18 de marzo—, son socios asiduos.

Llama la atención la apertura porque de acuerdo al Aviso General a la Población del Municipio de Aguascalientes, expedido por la alcaldesa María Teresa Jiménez Esquivel, cualquier “club social u otro similar” deben permanecer cerrados del “18 de marzo y hasta nuevo aviso”.

El secretario del Ayuntamiento capitalino, Jaime Gerardo Beltrán Martínez, el viernes recordó que "el aviso administrativo sigue vigente, es decir, no podrán reanudar actividades”; además se comprometió a “seguir el protocolo para reanudar actividades de la mano de Regulación Sanitaria (ISSEA)" y a realizar revisiones para clausurar a quienes “inicien a actividades antes de tiempo”.

Aparentemente quedó en evidencia, una vez más, la disputa entre los gobiernos estatal y municipal, pero no es así. La autorización del ISSEA está científicamente sustentada, a juzgar por la sentencia expresada por el gobernador Martín Orozco Sandoval en el programa sabatino Buenos Días Gobernador (Radio Grupo): “Si se subieron los contagios a 500 (quiso decir 608), igual hasta que bueno ¿no?, entre más contagios más inmunes”.

Todos los fifís deben acudir al Club para aprovechar la oferta de sanarse  en las aguas del Jordán, perdón, en las aguas de la alberca olímpica. Aguascalientes se los agradece infinitamente. Igual al gobernador por el tip.

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