Ciudad de México.- 9 de marzo de 2020.- (aguzados.com).- De acuerdo con los datos del último informe del Sistema Nacional de Seguridad Pública (2020), 2019 fue el año más violento desde que se lleva registro de la tasa de homicidios en México. Si bien el problema de inseguridad es generalizado en el país, las mujeres son un grupo especialmente vulnerable. En el tema, el trabajo presentado por la Secretaría de Seguridad Pública advierte del significativo incremento del número de feminicidios registrados en la nación, pasando de 602 casos en el año 2016 a 976 en el 2019. Esta realidad ha suscitado diversos debates tanto alrededor de la eficiencia del plan de seguridad del actual gobierno, como respecto a su agenda de género.
Desde agosto de 2019, diversos casos de feminicidios despertaron un especial malestar social que terminó manifestándose en las calles. No obstante, si bien las protestas en Ciudad de México iniciaron pacíficamente, algunos grupos se expresaron de forma violenta dejando saldos de heridos y cuantiosas pérdidas económicas.
Este comportamiento parece mostrar un eco en la opinión pública, que si bien se entera de la organización de las marchas, opina que las mujeres que asisten solo se representan a sí mismas, reprobando además los daños y pérdidas derivadas de esta forma de protesta. En el tema, hasta el 74 por ciento de las personas señala que se ha incrementado significativamente la violencia contra las mujeres en los últimos 12 meses.
El inicio de 2020 ha significado nuevos retos para el actual gobierno en el tema de género. Las denuncias de diversas activistas (que ya registran para febrero 265 casos de feminicidios) alertan sobre el crecimiento de este fenómeno. Aunado a ello, casos como el de la joven Ingrid Escamilla y el de Fátima Aldrighett han sido especialmente sensibles para la sociedad. Por lo anterior, y a la vez que se celebra la conmemoración del día de la Mujer, el próximo 8 de marzo diversos colectivos feministas y asociaciones están convocando a una marcha de mujeres.
Al indagar entre la opinión pública sobre el nivel de conocimiento respecto a las marchas de mujeres, los resultados de la encuesta nacional en vivienda de “Parametría” revelan que por lo menos seis de cada 10 están enterados. Sin embargo, al preguntar por las demandas que arenga el movimiento, solo el 37 por ciento dice conocerlas. Asimismo, de este grupo más informado, el 64 por ciento afirma estar de acuerdo con las mismas.
Si bien el nivel de información sobre los eventos es alto, el apoyo a éstos no lo es así. Los datos recopilados evidencian la posición más polarizada respecto a la representatividad de género que tienen las demandas de los movimientos feministas. Mientras que, en septiembre de 2019, el 21 por ciento de los encuestados señalaban que quienes participan en estas marchas representan el sentir de todas las mujeres en el país, para febrero de 2020, esta postura solo alcanza 18 por ciento de la opinión pública.
Ante esta disminución, la opinión de quienes creen que las mujeres que protestan solo se representan a sí mismas se incrementó de un año a otro hasta en 6 puntos porcentuales, pasando de 33% en 2019 a 39% en 2020.
Sumado a la marcha del domingo, los diversos colectivos están convocando a todas las mujeres, el 9 de marzo, al paro nacional #UnDiaSinNosotras. Este tipo de iniciativas tienen como base el choque económico y social que puede causar la ausencia intencional de un grupo social determinado.
En promedio, seis de cada 10 mexicanos se enteró de la convocatoria que se está dando para que mujeres y niñas realicen un paro nacional. Asimismo, y de forma esperada, los datos revelan que este nivel de difusión es más extendido entre las mujeres que entre los hombres.
A pesar de que se espera que durante el paro las mujeres no hagan ninguna actividad que devengue una remuneración económica, las posiciones frente a qué deberían hacer divide a la sociedad. Mientras que las mujeres favorecen más que los hombres no realizar labores domésticas o no ir a la escuela, éstos muestran más apoyo a que no salgan a la calle, no vayan a su trabajo y no compren nada.
Al preguntar, solo entre las mujeres, qué actividades estarían dispuestas a hacer, sería faltar al colegio, no salir a la calle y dejar de lado las labores domésticas. En contraste, se muestran más en contra de no comprar cosas.
Finalmente, las expectativas sobre los resultados de este tipo de movimientos muestran un dato paradójico. Por un lado, una opinión pública dividida con el 42 por ciento que cree que las condiciones de las mujeres en el país mejorarán tras el paro nacional; otro 41 por ciento que afirma que seguirán igual y un nueve que advierte que empeorarán. Y por otro lado, al dividir esta opinión por género, son las mujeres quienes se muestran más escépticas sobre los efectos de esta protesta. En el tema, diversos estudios han mostrado que la desconfianza ciudadana hacia las instituciones públicas deviene no solo de la evaluación negativa de su trabajo, sino además en su ineficiencia. Lo anterior explica también las bajas tasas de participación de la población en movimientos, grupos u organizaciones sociales.
No cabe duda que el gobierno actual se enfrenta a nuevos retos. Atender los casos de feminicidios sin resolver, así como diseñar un plan de seguridad acorde al contexto actual son sólo algunos de ellos. En este sentido, los diversos colectivos feministas que son muestra de la organización y acción de un grupo, seguirán siendo un actor clave para las demandas de las mujeres en México.