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El cambio de la dirigencia del PRI y el nuevo ser político

 

 

Isidoro Armendáriz García

Aguascalientes, Ags, a 7 de marzo de 2020.- (aguzados.com).-  91 ANIVERSARIO. El PRI se convirtió en un partido dominante cuyos dirigentes y gobernantes históricos aún disfrutan la gloria ardiente del ayer; Sin embargo, lo que fue el partido simétrico y hegemónico del siglo pasado, portador de un corazón palpitante y de una portentosa razón vital, en el siglo XXI los excesos y los años le cobraron venganza, a pesar de los triunfos apoteóticos y su fama de partido omnipotente. Partido éste, que beneficio a las mayorías desprovistas sí, pero que permitió también el confort y la acumulación de riqueza inmensa a un reducido grupo al amparo de la revolución.

En 91 años de lucha, transformación y poder, la revolución institucionalizada se hizo partido de Estado, luego partido único y después partido mayoritario. Ahora es simplemente uno más del régimen competitivo de partidos. Un partido más que deberá replantear en la 23 asamblea sus principios, su parte estatutaria y su programa de acción.

En la geopolítica de Aguascalientes todos los partidos tienen un rasgo común: la división interna. Así, La división en el PRI tiene su origen en la confrontación histórica entre expresiones políticas perfectamente organizadas aferradas al anclaje del poder, pero también a una férrea voluntad de lucha y de poder.

Si el PRI aprovecha los jaloneos de las oposiciones, si une a su clase dirigente, si evita la huida de sus electores leales, si selecciona muy buenos candidatos o candidatas y si destierra el pensamiento crónico de sus derrotas, podrá superar su condición de partido perdedor. Ese será el mejor regalo en su 91 aniversario.

LA VOLUNTAD DE PODER. El PRI como ente histórico y ser legendario debe reparar su condición actual y, en efecto, construir nuevos elementos de sustentabilidad para su cuarta etapa (4E). La 4E para que prospere en Aguascalientes debe estar cortejada por cinco elementos (las 5E): energía, entusiasmo, educación, estrategia y equilibrio.

La voluntad de poder de los priistas es = a energía colectiva + utilidad del entusiasmo + educación para una nueva estructura mental + estrategia de pensadores y planificadores + equilibrio de fuerzas. Esta es la fórmula correcta para el cambio y la resurrección.

EL NUEVO LIDERAZGO. La pregunta subyace ¿cuál de los aspirantes a la dirigencia del PRI transmite energía, comparte entusiasmo, impulsa conductas nuevas, domina estrategias y garantiza, con el lenguaje de los hechos, la inclusión y la unidad para mantener los equilibrios internos necesarios?

¿Quién será el nuevo líder que tenga autoridad moral para conducir a las masas y a los cuadros a puerto seguro, quién podrá transitar por los feudos de los mayorazgos, quién evitará las deserciones y la huida de priistas so pretexto de maltrato, desatención, omisión o falta de sensibilidad política?

El nuevo conductor del PRI (conductora) deberá rehacer el pacto político con sectores y organizaciones, pero antes motivar su reestructuración integral. Todas las dirigencias del sistema PRI, obsoletas y anacrónicas, tendrán que actualizarse para que el nuevo modelo funcione. De no ser así, el nuevo ser del PRI vivirá con problemas de salud.

EL ACUERDO EN LO FUNDAMENTAL. Lenin, el ideólogo de la revolución Bolchevique lidió con el abrupto Stalin, el apasionado Trotski y el maestro Máximo Gorki. Finalmente llegaron a acuerdos en los momentos más críticos de la revolución, y triunfaron, después no supieron que hacer con el poder y se dividieron nuevamente.

Los líderes, altos y bajos, de los grupos políticos del PRI en Aguascalientes deberían pensar que con las consecutivas derrotas el partido se achicó y la fuerza de sus expresiones también se disminuyó. Esto quiere decir que nadie tiene el dominio absoluto, ni nadie puede controlar al PRI de manera unilateral, quedando claro que este partido no es propiedad de nadie y consintiendo que el PRI no se ha perdido, pero que está a punto de perderse si no hay acuerdo en lo fundamental.

Un partido perdido se va a la oscuridad, al ostracismo, a la nada y cabalga en el vacío. Un partido perdido arrolla la ilusión de los jóvenes, atropella inconscientemente el frenesí de las mujeres y decepciona a las fuerzas trabajadoras, campesinas, magisteriales, empresariales e intelectuales.

Con acuerdos en lo fundamental y la inclusión de todas las voluntades: amigos e incondicionales, aliados y seguidores, neutros y despistados, adversarios internos y convencionales, conversos y externos con opinión hacia dentro, el PRI puede con emoción levantarse como Lázaro, caminar y andar por las travesías pregonando como un anacoreta y buscando la libertad, la justicia, la socialdemocracia y la seguridad social.

Quién dice que no se puede negociar por anticipado las carteras del Comité Directivo estatal; las propias candidaturas a alcaldes, las diputaciones, las regidurías y hasta las dirigencias de sectores, organizaciones y organismos auxiliares donde todos ganen, todos trabajen y todos cosechen los frutos de la organización y el esfuerzo.

Por todo lo anterior, ahora como nunca se necesita un liderazgo colectivo sólido, con órganos de gobierno funcionales, con filosofía de guerra, con propuesta social y con visión de futuro. Se requiere, pues, una dirigencia en toda la extensión de la palabra. Un equipo que defienda principios y gane elecciones.

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