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Vale al Paraíso / Hace 15 años murió mi madre

  • Mario Granados Roldán

Aguascalientes, Ags.- 11 de febrero de 2020.- (aguzados.com).- En la tarde y noche del sábado 12 de febrero de 2005 nos reunimos con Ma. Guadalupe Roldán Gándara, en la casa de mi hermana Irene, sin saber que era el último encuentro familiar con mi madre. La enfermedad la tenía postrada en cama desde hacía varios meses. El doloroso sacrifico me pareció inexplicable ante su olor a santidad.

Al día siguiente, domingo 13, acompañada del sepulcral silencio que ofrecía la fría madrugada, decidió morir en paz.  La misa de cuerpo presente se llevó a cabo en el templo del Campestre. Sus cenizas las depositamos en la Catedral.

Al concluir la ceremonia en la Catedral. Llegamos a la casa. Entré al despacho, el refugio de mi alma. Prendí la computadora. Empecé a escribir con la tinta de del dolor La muerte que nunca vemos, publicado en Página 24 el miércoles 16 de febrero de 2005, y días posteriores en Milenio Toluca.

A 15 años de su fallecimiento reproduzco un extracto del texto a manera de sentido homenaje, perpetuo y presente, todos los días de mi vida:

Todos sabemos de ella pero nadie la conoce. Se esconde y sale de su guarida en un instante. Deambula. Se acerca. Se aleja. Y vuelve para finalmente quedarse. Ni antes ni después. Ella sabe dónde aparece, en qué momento. Privilegio al fin que sólo la omnipotente muerte tiene en una decisión unipersonal, en un derecho irrebatible que le otorga la vida porque sin ésta aquélla no existiría.

En El laberinto de la soledad, Octavio Paz, resume: “El mexicano no trasciende su soledad, se cierra al mundo por dos caminos, la vida y la muerte”. Con pragmatismo debe de aceptarse que la vida es el instante entre el nacimiento y el fallecimiento. El hombre nace para morir y muere para disfrutar la eterna eternidad.

Aprendemos a vivir pero nadie nos enseña a morir, y menos a ver posesionada a la muerte en la persona amada, que se va para descansar para no regresar jamás.

En su esquela dejamos constancia para siempre y por siempre de nuestro sentimiento y de lo que ella representa para nosotros: “Con profundo dolor, pero llenos de fe y esperanza, sus hijos, hijos políticos, nietos, bisnietos y demás familiares lo participamos (su fallecimiento), agradeciéndole a Dios y a la vida que durante 85 años haya compartido con nosotros su amor y su ternura, su ejemplo y alegría y los sabios consejos que han sido la guía moral más importante en nuestras vidas”.

A sus cinco hijos, nos enseñó el respeto a los principios morales y espirituales; el valor de la honradez y la honestidad; del esfuerzo y la perseverancia;  de la congruencia y la línea recta; del corazón y el amor; del error y la rectificación; de la equivocación y el perdón; del estudio y  la preparación; de la música y el baile; y del valor al trabajo, el hogar y la familia, que en una triple jornada diaria atendía con diligencia, inteligencia, pasión y mucho amor. Fue el apoyo más preciado de mi querido y recordado padre.

La muerte que nunca vemos, llega y nos la arrebata, más sin embargo nos deja un preciado tesoro, colmado de enseñanzas y gratos e imborrables recuerdos.

Gracias madre por todo lo que nos diste. Gracias por todo lo que nos entregaste. Gracias por tu inmenso amor. Hasta pronto, Ma’

PD. A mi abuelo Vidal Roldán y Ávila lo asesinaron el sábado 14 de febrero de 1925. Mi santa madre falleció el domingo 13 de febrero de 2005. Mi hermano Gustavo Adolfo murió el domingo 14 de febrero de 2010.

Fechas. Días. Números. El 2, febrero y el fin de semana al asecho. Coincidencias que da la muerte que nunca vemos.

Porque alguien debe de escribirlo: Proceso, su edición de este sábado 8, dedica un reportaje sobre la “corrupción”, firmado por las aguascalentenses Mónica Cerbón y Jennifer González, y titulado: “Nissan y el gobernador (Carlos) Lozano armaron negocios con terrenos donados”, para exhibir que el gobierno de Aguascalientes  “adquirió terrenos de tres comunidades para donarlos a la armadora de automóviles Nissan, entre otros incentivos a la inversión. Sin embargo, la trasnacional vendió esas tierras en 2015, transacción que gestionó un hombre de confianza de Lozano y que sólo fue legal por las modificaciones a la ley que impulsó el entonces gobernador”.

Por la maroma legislativa, “Nissan Mexicana pudo vender en (más de) 17 millones de dólares los terrenos donados. En junio de 2015 la armadora japonesa y su socia alemana, Daimler AG, anunciaron la apertura de una fábrica de automóviles de lujo y constituyeron la empresa Cooperation Manufacturing Plant Aguascalientes (Compas), que el 25 de agosto de 2015 pagó a Nissan Mexicana 17.3 millones de dólares (293.6 millones de pesos al tipo de cambio de la época) por 109.65 hectáreas del mencionado terreno”.

La revista señala que fue “Armando Ávila Moreno, vicepresidente de manufactura de Nissan Mexicana, quien en octubre de 2011 le expuso al gobierno estatal la intención de invertir 2 mil millones de dólares en una nueva planta. A cambio exigió condiciones preferenciales: que se le donaran aproximadamente 500 hectáreas de terreno y se desarrollara infraestructura suficiente para dar viabilidad a su inversión”.

El 10 de diciembre del año pasado escribí, a propósito de la severa caída de la industria automotriz, que “los únicos que se mantienen incólumes son los aguascalentenses Armando Ávila Moreno, vicepresidente de manufactura de Nissan Mexicana desde 2005, y su hijo Jorge Armando Ávila Hernández, directivo de Servicios Integrales de Calidad ESCOAVI SC —conocida comercialmente como QAS México—, constituida el 5 de marzo de 2008 para brindar ‘un excelente servicio de atención inmediata a los problemas de calidad que se presentan en las empresas del ramo automotriz’, destaca su portal de internet.

“QAS México es proveedor hegemónico en las plantas de Nissan Mexicana A1, A2 y CIVAC, así como algunos de sus proveedores: tier-1, como Jtekt, Gestamp, Eaton, Valeo, Cooper Standard, Clarion, Calsonic Kansei, Rehau, Magna, Flex N Gate, Bridgestone, entre otras empresas”.

Una historia de sinvergüenzas. Otra más del entonces gobernador Carlos Lozano de la Torre, pillo por naturaleza.

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