- Mario Granados Roldán
Aguascalientes, Ags.- 8 de octubre de 2019.- (aguzados.com).- A los Siervos de la Nación los tenían amarrados. Están más hambrientos que los perros (de cuatro patas) en situación de calle. El presidente López Obrador los echó al mundo como Dios a los angelitos celestiales: encuerados y sin tragar. Se les nota en la forma de agarrar el taco (impuesto) ajeno.
Estos son algunos patéticos casos encontrados en el santuario de la 4C (Corrupción):
Carlos Lomelí, el delegado federal de Programas para el Desarrollo en Jalisco, renunció en julio porque combinó el finísimo arte de la función pública y el rentable negocio, al beneficiarse con contratos del gobierno para sus empresas farmacéuticas; pero además, omitió en su declaración patrimonial ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) propiedades, cuentas bancarias y vehículos.
A Manuel Bartlett Díaz, director general de la CFE, también le atacó el Alzheimer, porque en su declaración patrimonial ante SFP “ocultó que él, su pareja y su hijo tienen 23 propiedades de lujo en las zonas más exclusivas de la capital del país, con valor comercial de 800 millones de pesos”. Tampoco manifestó “su vinculación con doce empresas privadas. Una de ellas recibió ya un contrato de 2 millones de pesos del actual gobierno federal y otra ofrece servicios relacionados con el sector eléctrico, en el que Bartlett es funcionario público” (El Universal, Carlos Loret de Mola, 26/09/2019).
El senador Ricardo Monreal Ávila le dio trabajo a su sobrina política, Samali Pérez Horowich, como Jefa de la Unidad de Programación y Evaluación de la Dirección de Programación, Presupuesto y Finanzas de la cámara alta.
David Quezada Mora, titular de la Contraloría del Estado, aceptó hace dos semanas que se está investigando al recién nombrado delegado de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Rafael Calderón Zamarripa, por presuntas irregularidades en la administración del gobernador Carlos Lozano de la Torre”, donde fungió como funcionario público del Instituto del Agua del Estado.
Y la Mariposa Monarca del santuario de la 4C (Corrupción) es el imberbe Aldo Ruiz Sánchez, delegado federal de Programas para el Desarrollo en Aguascalientes, quien en su declaración patrimonial inicial ante la SFP, del 24 de enero, manifestó que no tiene ni en que caerse muerto; es decir, no es propietario de “bienes inmuebles, bienes muebles, vehículos, inversiones”, tampoco “tiene posible conflicto de interés en asociaciones, sociedades, consejos, actividades filantrópicas y/o consultoría”
Pero el Súper Delegado se da una vida de lujos que ni Obama tiene.
En marzo le hizo el famoso fuchi y guácala al ISSSTE, porque se operó en un hospital privado.
El mes pasado le organizó un fiestón de ensueño —Súper Sorpresa, dirían los viejos cronistas de sociales—, en la Hacienda La Guayana, a su novia Ivón González, ex candidata del PRI a diputada federal en el tercer distrito en la elección presidencial de 2018.
Aguascalientes se enteró hace días que el Súper Delegado y la Súper Novia se casan el sábado 30 de noviembre para beneplácito de Liverpool, la tienda departamental, quien montó una mesa de regalos Súper Fifí, donde los invitados podrán comprarles, entre otras menudencias, un refrigerador que hace cubitos de hielo de colores por 85 mil pesos; un colchón de esos que el cuerpo se levanta planchado al vapor por 42 mil 399; o unos lentes de sol para caballero marca Ray Ban de 3 mil pesos, que le permitan al funcionario de López Obrador no deslumbrarse con el desastre de la 4T.
Los gorrones a la fiesta deberían tener cuidado. Sus objetos pudieran engalanar la próxima subasta del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAEB) del gobierno federal. De acuerdo a los artículos 7 fracción II, 40, 52 y 66 de la Ley General de Responsabilidades Administrativas, las y los servidores públicos, “deberán abstenerse de exigir, aceptar u obtener cualquier tipo de regalo, obsequio o dádiva indebido con motivo de sus funciones”; el impedimento se extiende al cónyuge y parientes consanguíneos. Obvio, sin encargo, el inútil Súper Delegado Ruiz Sánchez no recibiría ni siquiera una bolsita de bombones.
Por el incumplimiento de esta obligación, “las y los servidores públicos estarían incurriendo en una falta administrativa grave, que podría ser castigada con suspensión o destitución del empleo, sanción económica o inhabilitación temporal para ejercer un cargo público, a juicio del Tribunal Federal de Justicia Administrativa”, señala la ley.
López Obrador prometió “limpiar la escaleras de arriba a abajo” para acabar con la corrupción; el lunes 4 de febrero reconoció que “el pueblo se cansa de tanta pinche transa”, pero resulta que diez meses después el Presidente abandona el buque insignia de la anticorrupción, para regocijo de su colaboradores.
Porque alguien debe de escribirlo: Cruz Azul 5 América 2. Los arrogantes Pollitos salieron del encuentro más desplumados que un tahúr en el casino de la Feria de San Marcos. Mi amada Maquina Celeste pitó, y fuerte.
DECLARACION ALDO RUIZ AQUI
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