- Mario Granados Roldán
Aguascalientes, Ags.- 1 de octubre de 2019.- (aguzados.com).- Las cifras impactan. Los datos aterran. Las alarmas suenan. El disfrute por la selección cede. El regocijo por la gula avanza. La salud se deteriora. El hábito de comer más o comer mejor es letra muerta en la mesa de las bebidas y los alimentos. La prevención se mantiene en lista de espera. Formará parte de los buenos propósitos del Año Nuevo 2020.
La numeralia de la Organización Mundial de la Salud señala que desde 1975 la obesidad se ha casi triplicado en el mundo.
De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, México es el segundo país con mayor tasa de obesidad en los adultos al registrar 32.4 por ciento.
Estados Unidos ocupa el sitio número uno con el 38.2 por ciento, con el decidido apoyo de las pizzas, las hamburguesas, los perros calientes, papas fritas y el refresco de cola, principalmente.
En Aguascalientes más de la mitad de la población tiene obesidad y sobrepeso, destacando el sexo femenino en la degustación gastronómica, señala Programa Estatal de Población y Programas Transversales 2017-2022.
Obesilandia tiene múltiples causas y algunos pretextos. Escasez de recursos económicos. Falta de tiempo para comer adecuadamente. Flojera, Malos hábitos. Pésimas costumbres. Y en primeros meses los bebés fueron alimentados por dos tipos de madres: las ansiosas de callar los chillidos del Niño Cantor con la mamila o las desconcentradas que dejaban pasar mucho tiempo sin ofrecer la sustanciosa lactancia.
Además de los mortales problemas de salud —diabetes y males cardíacos, entre otros—, que ocasiona el exceso de vitamina T (taco, tamal y tortilla), se presenta otro grave padecimiento: la gordura está matando el apetito sexual y originado una disfunción marital que ni el estimulante M Force es capaz de salvar.
Para la sexóloga Irene Moreno, "México tiene graves problemas de salud sexual relacionados con la obesidad".
La especialista declaró a la agencia Efe que salud sexual se compone de cuatro partes: la biológica, la emocional, la social y la espiritual, que deben convivir en equilibrio.
La Primera Encuesta Nacional sobre Sexualidad y Obesidad “Enciende la Luz”, presentada hace once años por los Laboratorios Roche, concluye que “Cuando el exceso de kilos entra en la alcoba matrimonial, la confianza y el deseo salen por la ventana. 95 por ciento de las personas con exceso de peso que han aceptado formar parte de algún tratamiento integral de control, reconoce que el sobrepeso ha afectado negativamente la relación íntima con su pareja” (Milenio, 5/09/08).
Hace algunos años, académicos norteamericanos e ingleses encontraron en sus investigaciones que la frecuente actividad sexual produce, desde el punto de vista emocional y psicológico, los mismos niveles de felicidad que un ascenso salarial de miles pesos.
Además se multiplican las caritas de satisfacción. Aumentan los índices de inmunidad. Disminuye los riesgos de cáncer de mama y próstata. Combate el estrés. Y se queman las calorías que los amorosos dispongan en un apasionado encuentro, como si fueran tamales recién salidos de la vaporera.
En nombre de la salud física y de la vida íntima Vale al Paraíso el esfuerzo. Se eleva la autoestima. Elimina de la cara las llamativas espinillas de agua... de aguantarse, pues. Y surgen placenteras burbujas de amor con las notas musicales de la imaginación y las épicas recomendaciones del Kamasutra.
Porque alguien debe de escribirlo: Me da gusto enterarme que al papa Francisco le ha bajado la chamba en el Vaticano, y hasta tiempo le sobra para mandarle al América un video de felicitación por su aniversario 103; pragmático al fin, respeto las predilecciones del pontífice porque no quiero irme al infierno.
En el marco de la jurásica celebración el cardenal Carlos Aguiar bendijo el polluario, perdón “aguilario” para la conservación del Águila Real, el símbolo del Ame, que el domingo se devoró a los perritos con cuervos, llamados indebidamente Rebaño Sagrado de las Chivas del Guadalajara.
Por la caterva de directivos encabezados por Guillermo Billy Álvarez, Víctor Garcés y Alfredo Álvarez; el Nini Robert Dante Siboldi, inepto director técnico, y los perniciosos jugadores, el Cruz Azul es injustamente calcinado en el averno futbolero por ese puñado de estafadores.
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