- Javier García Zapata
Aguascalientes., Ags.- 6 de mayo de 2019.- (aguzados.com).- Con frecuencia los mejores textos son los que se escriben hechos la madre y salen casi al primer madrazo. Espero sea el caso. Es que a veces me gana el afán perfeccionista: cualquier madrecita me hace bulla y tardo de a madres para corregir, tanto que cuando termino ya desmadré el texto, o el tema por abordar ya pasó de moda, y hay un madral de opiniones en el espacio; no me queda más remedio que mandar a la madre los textos míos, aunque a veces (y me cae de a madre que lo digo sin presumir) me quedan de poca madre.
Antes de que se arme el desmadre por el Día de la Madre, vengo en madriza a comentar un poco acerca de ese ser y celebración sobre los que ciertamente se ha escrito de a madres.
Esta madre que garabateo ahora es también para desintoxicarme, y ayudar aunque sea una madre a quienes se sirvan leerme, porque seguramente todos estamos hasta la madre de chairos y fifís, de ataques y contrataques, de redes y enredos sociales; de todas esas madres políticas que incluyen fakes, montajes, descalificaciones, mentadas de madre de ida y vuelta.
Así que dejemos esa madre de la grilla por ahora.
Madre y chingada son dos sustantivos que nos sirven para un madral de expresiones, incluso contradictorias. Son vocablos polisémicos que igual nombran a la vida que a la nada, como escribiría mi amigo Armando Quiroz Benítez, un poeta de poca madre, refiriéndose a la chingada. Precisamente creó un soneto que habla de la chingada, y de plano no tiene madre de tan ingenioso.
Ya Octavio Paz abordó a toda madre el tema de la chingada, así que estaría de más abundar. Cualquier cosa que se pretenda agregar valdría madre. Lo único que intento con este divertimento es reflexionar brevemente acerca de la belleza, riqueza y flexibilidad de nuestro idioma, de las diversas connotaciones que damos a las palabras
En inglés no tienen esa ventaja. Mother o mom sólo significa madre o mamá. A la hora de insultar o detallar, son más escatológicos los angloparlantes, e incluso las personas de otras nacionalidades con las que compartimos idioma.
Para nosotros, madre nombra y define a la persona que vemos casi como a una diosa y en consecuencia la utilizamos para proferir el mayor insulto, y por otra parte nos sirve para llamar lo escaso, lo abundante, lo bello, lo despreciable, lo indefinible y lo concreto… Nada o muy poco qué ver con las 15 acepciones que la da la RAE.
“¡Qué madres me diste de comer que me hizo daño? Traigo bien madreada la panza”, reclaman los valientes a la esposa, a riesgo de que les den una madriza por delicaditos.
“¡Era una madrecita de tipo, y madres, madres, madres, le rompió toda su madre al grandulón!; igual los polis se los cargaron a punta de madrazos a pesar de que la gente les echaba madres”, comentamos sobre algún incidente ferial.
“¡Ponle otro chorrito, no sabe a ni madres!”, dicen que les dicen algunos consumidores a los cantineros. En ocasiones dan una madre por otra (gato por liebre), y entonces sabe a madres la bebida; en correspondencia, los clientes dejan una madre de propina; los pocamadre no dejan ni un cinco. Quienes se exceden con el alcohol y se ponen hasta la madre, a veces también terminan por partirse media madre en un poste, o se las parten al llegar a su casa.
Si algo no nos gusta, está pa la madre; si nos gusta mucho, está de poca madre. En cambio, del padre lo único que decimos es: “Está padre”, y si acaso le damos una madrecita de graduación: muy padre, bien padre. Hay cosas que están feas de a madre, o muy a toda madre de tan hermosas. Admitimos nuestra ignorancia con un "sepa la madre", o reconocemos al sabihondo con un "sabe de a madre de cualquier madre". Tenemos amigos que se portan de poca madre, y otros que carecen de progenitora. Hay fechas y lugares que están hasta la madre de lejos, y otros a los que llegamos de madrazo.
Cuando se conjugan madre y chingada, el conjunto nos lleva a exclamaciones de enfado o de lamento. “¡Chingada madre: ‘El Canelo no merecía ganar; qué poca madre!‘”; “Chingada madre, ya hay que volver a la escuela”. O a una revelación de nuestro origen: madre chingada, como dice Paz, y de ahí al insulto que “es la madre de todos los insultos”, aunque haya en esta expresión una falta de concordancia.
En fin. Para no aburrirlos con esta madre de reflexión que estoy tratando de escribir, dejémosle aquí.
Por lo pronto, les deseo que pasen una semana a toda madre. Disfruten con madre la madre que queda de Feria.
Si todavía tienen la suya, su madre, abrácenla y mímenla.
Los que tienen muy poca madre, que lo hagan a escala; es decir, festejen proporcionalmente.
Los que no tienen madre, pues… seguro la extrañarán de a madre.