Manuel Cortina Reynoso
Aguascalientes, Ags, 6 de abril 2015.- (aguzados.com).- Se le atribuye la frase «In necessariis, unitas; in dubiis, libertas; in omnibus, charitas» a San Agustín, obispo de Hipona, aunque no se le puede encontrar en ninguna de sus obras. Giuseppe Fumagalli, en su libro CHI L'HA DETTO?, se la atribuye a Philipp Melanchthon, el acompañante de Martín Lutero en la reforma religiosa alemana.
“Debe acompañarse la unidad en las materias decididas, la libertad en las dudosas, y la caridad en todas”. Esta frase es un canto a la libertad de pensamiento, a la convivencia y al diálogo. Poca gente hoy en día sabe dialogar y sustituyen el diálogo por la discusión. Se deben y se pueden combatir las ideas, pero siempre respetando a las personas que las profesan.
Hoy mucha gente cree tener ideas, cuando solamente tiene opiniones, y muchas veces sucede como dice Samuel Butler «El público compra sus opiniones como compra la carne y la leche, en base al principio de que hacerlo así es más económico que tener una vaca, lo cual es cierto, pero son mayores las posibilidades de que la leche esté aguada.»
Por otro lado, están quienes no tienen ideas, pero bien que venden ideologías, que son ideas Prêt-à-porter, o para llevar, como en la comida rápida. Así como es más fácil y económico comprarse un traje que encaje, de entre las tallas que venden los almacenes, que mandarse hacer uno a la medida, por un sastre, igualmente para tener ideas propias es necesario poseer riqueza intelectual y cultural, y además de tenerlas, saberlas usar.
Epicteto dice en su Manual que no son los hechos lo que conmueven a los hombres, sino las palabras manifestadas (o ideas) en torno a esos hechos. De esta forma, lo que se dice de algo, en este caso de una idea, puede muchas veces emocionar más que la idea en sí. Así sea correcta o incorrecta, falsa o cierta. Como el billete apócrifo, entregado a una persona honrada, que lo usa, perpetuando la falsificación, sin saber que lo están haciendo.
En la frase con la que se inicia este canto, bien se puede sustituir la palabra “caridad” por “tolerancia” o “comprensión”. Y esto es así, porque en el contexto de la frase, las ideas manifestadas a personas que no las comparten, pueden provocar discordia e incluso sean tomadas como una ofensa personal. Cuántas veces no hemos visto o sabido de personas que odian a quienes no piensan como ellos.
La tolerancia es una premisa indispensable para quienes dialogan con el fin de llegar a un acuerdo, o encontrar la verdad. Tolerar al que piensa distinto no significa estar de acuerdo con la diferencia de su pensamiento, sino en reconocer la libertad que tiene de pensar diferente.
Cuando en la boda de Alfonso XIII los periodistas madrileños acordaron regalarle una preciosa pluma, destinada a que la futura reina de España firmase los esponsales, éste decidió agradecer la cortesía con una recepción oficial, a la que acudieron todos los redactores políticos de los periódicos de Madrid, entre ellos, Arturo Álvarez, perteneciente a la redacción de España Nueva, periódico republicano, atrevido y desenfadado.
Cuentan que, individualmente, el Rey fue estrechando la mano a todos los presentes, quienes le correspondían informándole el periódico al que representaban. Cuando le tocó el turno al de España Nueva, Álvarez, con serenidad y sencillez, advirtió antes de estrechar la mano del monarca: “Señor, yo soy un periodista republicano…”, ante lo cual el Rey, sin permitirle terminar la frase, le espetó:
“- ¡Y eso qué importa! Cada uno tiene su convicción, y lo noble es mantenerla y defenderla. Te agradezco doblemente que hayas venido”
Y a diferencia de lo que había hecho con los demás, extendió ambas manos al periodista antidinástico.
Así deberían de iniciar todas las discusiones: dando la bienvenida a los disensos, para entonces iniciar la búsqueda de lo que nos une. Así debemos iniciar una campaña electoral: identificando temas en los que fácilmente nos pondremos de acuerdo, para buscar en ellos la unidad del electorado, reconociendo otros en los que claramente encontraremos diferencias muchas de las veces mayores, pero respetando la libertad de cada quien en pensar diferente, pero siempre, y en cualquier caso, tolerando que nuestro dialogante pueda estar o no de acuerdo con nuestras ideas.
«Todos estamos llenos de debilidades y errores, perdonémonos recíprocamente nuestras tonterías, es esta la primera ley de la naturaleza social» Son palabras de Voltaire en su Diccionario Filosófico, el mismo Voltaire a quien atribuyen la frase «No estoy de acuerdo con lo que dices pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo».
Ojalá en estos tiempos electorales, los candidatos, los partidos y los actores políticos podamos actuar con entusiasmo en la defensa de nuestros ideales e ideologías, pero con tolerancia y caridad con quienes no piensan igual.
Twitter: @manuelcortina Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. www.manuelcortina.com
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