- El anillo de graduación más barato cuesta un mínimo de 2 mil pesos
- En contrapartida, se pueden conseguir medallas conmemorativas por 50 pesos cada una
Alfonso Morales Castorena
Aguascalientes, Ags., 12 de Julio de 2014.- (aguzados.com).- Para cerrar el tema de los festejos que enmarcan el fin de un ciclo escolar en casi todos sus niveles, que abarcan desde preprimaria hasta licenciaturas, generadores de un sinfín de gastos que en la mayoría de los casos está fuera del presupuesto familiar, no exentos de un dejo de vanidad para los egresados y sus padres, hablaremos de los famosos "anillos de graduación".
El tema, por su importancia, acaso reviste el cierre dorado de los festejos ya mencionados en las dos primeras entregas, aun cuando en la actualidad tiene sus bemoles porque en la actualidad "invertir en ese tipo de objetos ya no es negocio", tal y como sucedía en la década de los sesentas y setentas, debido al alto costo del aurífero metal.
Así lo manifestaron dos artesanos en joyas y piedras preciosas, la señora Hortensia Téllez Padilla y su hijo Antonio, que a punto de cumplir cincuenta años en el mercado local como comerciantes dedicados a la compraventa y confección de piezas de oro y plata, han modificado parte de su especialidad y en la actualidad poco se dedican a la fabricación de los consabidos anillos de graduación.
Costos del Metal
Nos explicaron que dado el precio tan volátil del oro, cuyo gramo puede llegar a cotizarse en más de trescientos pesos, se ven en la imperiosa necesidad de incrementar sus inventarios del metal dorado hasta con seis meses de anticipación respecto a la fecha del fin de cursos.
Ese incremento en sus inventarios les obliga a realizar inversiones bastante elevadas, porque el material se queda en almacenes todo ese tiempo, no les representa utilidad alguna y al actualizar su costo y elaborar los presupuestos solicitados por quienes van a egresar de un plantel educativo, del nivel escolar que sea, el precio por "anillo de graduación" sale fuera de su presupuesto, cancelan su confección y esa inversión la destinan a la fabricación de otro tipo de piezas, a fin de recuperar parte de lo que ya se considera una pérdida.
El costo del consabido anillo de graduación también se incrementa por la confección del troquel que se va a usar para darle forma, cuyo costo supera los dos mil pesos que incluye los detalles que llevará la pieza, el escudo del plantel educativo, el nombre del graduado, la generación escolar a la que pertenece y otro tipo de características especiales, solicitadas por los interesados.
De tal suerte que al conjugar ese costo con el precio actual del gramo de oro, tenemos que un anillo de graduación de al menos 18 kilates, alcanza una cifra de no menos de dos mil pesos, ya incluida la mano de obra, que aunado a los gastos ya efectuados y señalados en las dos primeras entregas, "abandonar las aulas cuesta un ojo de la cara", en la apreciación de nuestros entrevistados.
Actividad Fraudulenta
Esa circunstancia, señalaron, lleva a los estudiantes a volver los ojos hacia personas carentes de escrúpulos, amorales sujetos que se ostentan como "fabricantes especializados en la confección de anillos de graduación", que solo esquilman a los educandos, obtienen pingües ganancias y desaparecen del escenario como "tragados por la tierra".
Cada fin de cursos sucede lo mismo, agregaron, ese tipo de falsos joyeros mudan su residencia en forma constante, no es fácil localizarlos para exigirles el cumplimiento de su palabra y aun cuando se solicite el ejercicio de la acción penal en su contra, las autoridades están atadas de manos porque no dejan pistas para dar con su paradero y de esa forma, los estudiantes "pierden grandes cantidades de dinero" antes de que concluya el ciclo escolar.
Versión Similar a la Anterior
En este contexto, un fabricante de trofeos, medallas, reconocimientos y diplomas en metal, cuya identidad solicitó su reserva, nos explicó que todavía hace diez años anteriores a la fecha, su negocio representaba una alternativa para los egresados, que contemplaban en algunas de sus piezas "el recuerdo permanente de la culminación de su preparación académica".
Acaso era por el costo de tales piezas o porque la que adquirían la tenían siempre a la vista en algún lugar especia de su casa, pero que a partir de la labor fraudulenta de los falsos joyeros, su actividad se vino abajo, en cuanto a ese tipo de mercado se refiere.
Explicó que tomando en cuenta el número de piezas a confeccionar, la clase de material a usar o solicitado por los interesados, las características que se desearan, símbolos o resaltos especiales, el costo de su fabricación era, por mucho, inferior al precio del oro y de ahí que su negocio marchó viento en popa por al menos diez años.
El costo total de las piezas metálicas, en su conjunto, tomando en cuenta que el número de egresados sobrepasaba por regla general a cincuenta individuos, era de entre dos mil y tres mil quinientos pesos, que distribuidos en forma personal, el estudiante invertía menos de cien pesos y contaba con un "recuerdo permanente de su graduación".
Como ejemplo nos citó el presupuesto que presentaría a una asociación deportiva, cuya identidad se reservó, en el que señala que "cincuenta medallas-premio", para entregar a tres primeros lugares, tendrían un costo de dos mil 500 pesos y que su precio individual sería de cincuenta pesos "precio que no lesiona el bolsillo de los organizadores del evento", puntualizó.
¿Solución Idónea?
Ante este panorama de incertidumbre de los estudiantes para obtener "su anillo de graduación" debido a sus elevados costos de fabricación y la desconfianza sembrada en ellos por los "falsos joyeros", la última celebración de su fiesta de graduación, la han trastocado en "viajes de placer".
Acaso es una solución que no cubre las expectativas de los recién graduados o de sus padres, pero que la tienen al alcance de sus bolsillos, porque al contratar "los paquetes de viajero", los costos a cubrir se hacen en forma conjunta y el gasto se reduce en forma considerable, a razón de que los precios individuales no rebasan los doscientos pesos, tomando en cuenta que la capacidad de aforo de un autobús de servicio foráneo de pasajeros es de treinta y cuatro personas.
Pero esta solución enfrenta a los egresados con otro tipo de circunstancias que quedan fuera de su alcance, como lo son estar expuesto a sufrir las contingencias del viaje, accidentes viales, robo de sus pertenencias y abuso de los transportistas, tal y como sucedió hace cuatro años.
Un grupo de estudiantes del Conalep de Jesús María, en viaje de placer y de fin de cursos a una playa nayarita, sufrieron un accidente en terrenos del estado de Jalisco, en el que cuatro de ellos perdieron la vida y los dueños del autobús en el que se trasladaban se mantuvieron en silencio ante las exigencias de los educandos sobrevivientes y padres de los fallecidos, para que cumplieran en tiempo y forma con su responsabilidad civil y hasta la fecha ese asunto duerme el sueño de los justos.
Colofón
Pese a todos esos factores ya mencionados en los dos primeras entregas y los que aquí citamos, los festejos de fin de cursos seguirán en todo su apogeo, las futuras generaciones no se quedarán atrás en cuanto a celebrar ruidosamente la conclusión de sus estudios, el fomento a la cultura del uso de la toga y el birrete, que dio pie para este reportaje, seguirá su curso y todos felices y contentos.
Preguntamos ¿valdrá la pena ese esfuerzo de los paterfamilias por premiar a sus hijos con fiesta tan rumbosa, sabiendo que su futuro laboral es incierto? O, ¿se conformarán con ver a sus otrora alegres estudiantes en el mundo del comercio informal o en la larga lista de los desempleados?
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