- El presbítero Francisco Delgadillo Aguayo afirma que en la prisión “no están los que deben estar",
Alfonso Morales Castorena
Aguascalientes, Ags., 4 de Agosto de 2014. (aguzados.com).- El asesor de la Pastoral Diocesana Penitenciaria, presbítero Francisco Delgadillo Aguayo, afirmó que "se castiga más la pobreza que el delito en sí" y que "en la prisión no están los que deben estar", como lo detalla en su libro Delincuencia Juvenil y Vida Penitenciaria, que dio a conocer ayer en conferencia de prensa presidida por el jerarca de la iglesia católica en Aguascalientes, José María de la Torre Martín, en la Casa del Obispado.
El también doctor en Ciencias de la Educación Penitenciaria por la Universidad de Salamanca, España, aseguró que "esa percepción de castigar más la pobreza que los delitos, lastima mucho a los internos, que ven desigualdad e injusticia, cuando ellos por un delito menor reciben todo el peso de la ley y descubren que otras personas han cometido delitos mucho mayores y circulan por las calles con toda tranquilidad".
Esto es, agregó el prelado "porque esas personas cuentan con los recursos económicos suficientes para ser protegidos y que la misma ley encubre los delitos en los que incurrieron, aquí se aplica el comentario hecho por Monseñor Romero de que la ley es como la serpiente, muerde solo a los descalzos; y dentro de la prisión, esto lastima mucho".
Repitió que "en la prisión no están los que deben estar, muchos que están presos no deberían estarlo y andan afuera los que si deben estarlo".
A pregunta expresa si con las deficiencias que tiene el sistema penitenciario se logra el objetivo de que los internos obtengan una verdadera readaptación social, el también investigador en los Departamentos de Educación y Psicología de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), aseguró que "yo valoraría la parte de la voluntad de los internos para que esto suceda".
Delgadillo Aguayo, actualmente párroco de la iglesia católica San Joaquín y Santa Ana en el fraccionamiento Vista del Sol, agregó que "desde luego que las condiciones de los penales no son las ideales, sin embargo, en esta ciudad existen condiciones aceptables a nivel penitenciario".
A los internos, continuó diciendo Delgadillo Arroyo, "se les tiene atención profesional, se les proporcionan equipos suficientes y especializados de trabajo carcelario, pero se vive en un bajo nivel de aceptación, el que se cumplan los objetivos de readaptación, yo creo que lo ponemos en tela de juicio".
El sacerdote señaló que "hay varias condiciones que se tienen que analizar, que van desde el perfil del interno, hasta los procesos de acompañamiento dentro del centro, la función de Trabajo Social, de psicología, de los ámbitos educativos y de la parte laboral, que son los propósitos de un centro penitenciario".
Sobre el particular dijo "si analizamos todos esos factores, se tendría que valorar cada situación en cuanto se pueda lograr o no esa readaptación que se busca, la experiencia nuestra nos muestra que en algunos internos que van saliendo de los penales y se les dio un seguimiento, si logran readaptarse, pero son una minoría".
Y esto es, afirmó "porque la familia estuvo al pendiente y tuvo la voluntad de trabajar sus necesidades internas para que al abandonar la prisión, estuviera en condiciones de responder a la sociedad".
Pero también, continuó diciendo el sacerdote, "hay otro número mayor de internos que salen de la prisión y vuelven a los mismos ambientes, de amistades no idóneas, de situaciones de muchas carencias y vuelven a caer en lo mismo".
Seguro de sí mismo, el asesor Diocesano de la Pastoral Penitenciaria, aseguró que "creo que sigue faltando el que se trabaje más por una reinserción, por una readaptación, que más que eso debe ser una reeducación, para que se logre el objetivo que se busca, el que se vuelva a la sociedad a un hombre de bien en la fe de Cristo y para beneficio de su familia y de la sociedad a la que pertenece".
En cuanto a la situación que prevalece en cada centro penitenciario de la entidad ponderados favorablemente por las autoridades como de "los más ordenados en Aguascalientes y que operan con mayor apego a los derechos de los internos", el prelado dijo:
"Yo creo que ahí habría una diferencia, entre los juicios de la parte oficial, en este caso las autoridades y lo que los presos puedan opinar, es un punto delicado del que yo no me atrevería a hacer un juicio tajante".
Agregó "sin embargo, si hay una diferencia, entre lo que se pueda decir oficialmente y lo que se vive dentro de cada centro penitenciario, porque la prisión no es la medicina de todos los males, es como si todas las enfermedades las quisiéramos curar con una sola medicina, una pastilla para todos los males".
Al continuar con su exposición, Delgadillo Arroyo señaló "deberían de existir centros alternativos para quienes delinquen, porque no todos los perfiles y no todos los delitos se atienden de la misma forma, hay cuestiones muy leves por las que las personas no deben estar en prisión, incluso les hace daño y al abandonar la cárcel, salen con un estigma social de rechazo".
Para concluir, el sacerdote se preguntó "¿dónde está el compromiso social de las oportunidades? y se respondió así mismo, "la irresponsabilidad social vuelve a provocar que se caiga en esa conducta delictiva, cuantas veces condenamos a quien está en prisión y lo juzgamos muy negativamente, pero cuantas veces la sociedad obliga a ello"
"Hace falta crear un centro de vida intermedia, entre el que sale de una prisión y entre que se va adaptando a su nueva vida, para que se vuelva a integrar nuevamente a la sociedad y que esta no lo rechace y así podemos decir que realmente el objetivo que persigue la readaptación social", remató.
{ttweet}