- La frecuencia de corrupción fue mayor para policías partidos políticos y el Ministerio Público
- En 2013 la corrupción fue uno de los cinco problemas sociales que más afectaba a la población
Aguascalientes, Ags., 9 de diciembre de 2014.- (aguzados.com).- El 31 de octubre de 2003 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción, la cual entraría en vigor en diciembre de 2005. Además de aprobar dicha convención, la Asamblea también decidió asignar el 9 de diciembre como el Día Internacional contra la Corrupción, con el fin de crear conciencia acerca de este fenómeno social y divulgar la importancia de la Convención para atenderlo. Como parte de esta acción, se designó a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) como la secretaría para la Conferencia de los Estados Partes de la Convención.
La Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción tiene como objetivo o finalidad promover y fortalecer las medidas para prevenir y combatir más eficaz y eficientemente la corrupción; promover, facilitar y apoyar la cooperación internacional y la asistencia técnica en la prevención y la lucha contra corrupción y promover la integridad, la obligación de rendir cuentas y la debida gestión de los asuntos y los bienes públicos, los estados que hayan firmado y ratificado dicha Convención deben procurar que se cumplan estos objetivos por medio de la observancia de los preceptos delimitados en ella.
Es importante señalar que la corrupción ocurre a gran escala y a pequeña escala. La corrupción a gran escala es aquella relacionada con el fraude a gran escala perpetrado por políticos y empresas, en donde ocurre lo que se conoce como captura de Estado, este fenómeno sucede cuando las empresas utilizan redes para ejercer influencia sobre las decisiones del gobierno y cambiar las leyes o normas a su favor.
Por otra parte, también existe la corrupción a pequeña escala o pequeña corrupción, la pequeña corrupción es aquella que ocurre con mayor frecuencia y es la que afecta directamente a la población; debido a que es la que ocurre en la interacción cotidiana de la ciudadanía con los servidores públicos y se manifiesta a través del soborno o la extorsión.
Para fines de este boletín y con base en la información obtenida a través de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2013 y los Censos Nacionales deGobierno, las cifras presentadas a continuación hacen referencia a la pequeña corrupción, así como a las medidas de control interno y vigilancia que se implementan para reducir los riesgos de corrupción en los gobiernos estatales y municipales.
La corrupción ha sido una causa de interés por afectar la vida democrática de un país con prácticas ilegales e ilegítimas, por lo que la recolección de datos de la materia es de suma importancia para la formulación de políticas públicas que permitan combatir la corrupción.
Por ello, la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) diseñada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía tiene el propósito de recabar información sobre la calidad de servicios públicos, trámites gubernamentales; percepción y experiencias de corrupción de la población con el fin de aportar información que permita mejorar el diseño de las políticas públicas para el combate a la corrupción y la mejora de los servicios públicos. La ENCIG se aplica de manera bienal, siendo en 2013 el último ejercicio realizado.
Cabe mencionar que la ENCIG obtiene información sobre la corrupción desde dos perspectivas:
La primera es la percepción de corrupción que tiene la población de 18 años y más que reside en ciudades de cien mil habitantes y más, sobre diversas instituciones del sector público, privado y social, ésta se construye con base en la interpretación del ciudadano sobre la frecuencia de las prácticas de corrupción que se realizan dentro de las instituciones públicas.
La segunda perspectiva desde la cual se mide la corrupción es a través de la experiencia como víctimas personales en prácticas de corrupción al realizar trámites gubernamentales, solicitudes de servicios públicos y otros contactos con servidores públicos en donde estos abusan de sus funciones para obtener dinero, regalos, favores, o cualquier beneficio para sí mismo, sus familiares o conocidos.
A continuación se presentan los principales resultados que genera la ENCIG en torno a la percepción sobre corrupción y las experiencias de victimización que la población vivió durante 2013.
Percepción de corrupción
Tal como se ha mencionado, una de las perspectivas con la que se mide la corrupción es a través de la percepción. En la gráfica 1 se puede observar a la corrupción como uno de los cinco problemas sociales que la población considera que más le afectan, por lo que esta cifra revela la importancia del análisis del fenómeno con base en datos estadísticos.
La ENCIG también estima que 88.3% de la población considera que en su entidad, las prácticas de corrupción en donde un servidor público abusa de sus funciones para obtener algún beneficio personal son entre muy frecuentes y frecuentes; de manera que la población considera a la corrupción como uno de los tres principales problemas que más le afectan y además percibe que la frecuencia de estas prácticas es alta.
Otra de las formas en las que se mide la percepción en la ENCIG es indagando sobre la perspectiva de la población en cuanto a la frecuencia con la que suceden prácticas de corrupción en diversas instituciones políticas, gubernamentales y sociales.
La ENCIG indaga mediante un listado de instituciones de diversa índole la percepción de prácticas de corrupción de cada una de ellas y que bien se pueden agrupar en tres diferentes tipos.
El primero se refiere a aquellas instituciones consideradas muy cercanas al informante (compañeros de trabajo, parientes, vecinos e instituciones religiosas).
En una segunda tipificación, se presentan las instituciones que le son conocidas al informante y con las que puede interactuar con mayor frecuencia (universidades públicas, policías, hospitales y escuelas públicas).
Finalmente el tercer y último tipo de instituciones están compuestas por aquellas que resultan lejanas al informante y generalmente las conoce a través de los medios de comunicación (partidos políticos; gobierno municipal, estatal, federal; institutos electorales, etc.).
Por el contrario, las instituciones más lejanas a la población son percibidas con mayor frecuencia de tales prácticas, lo que refleja una desconfianza en instituciones del sector público.
Según Gerald E. Caide, en referencia a las víctimas de corrupción: La verdad es que todos son sus víctimas; ya que desmejora la calidad de vida colectiva, perjudica la gobernabilidad y socava la confianza del público en sus instituciones.
Además de la percepción de corrupción en las distintas instituciones, la ENCIG también permite conocer por entidad federativa, la percepción de la población sobre la frecuencia con la que ocurren prácticas de corrupción.
Como se puede apreciar en el mapa 1, la entidad con el porcentaje más alto de este indicador fue el Distrito Federal con 95.3%, seguido por Jalisco con 94.7% y Michoacán con 92.2 por ciento, por otra parte, las entidades con los menores porcentajes fueron Querétaro (65%), Yucatán (72.2%) y Aguascalientes (78.3%).
Experiencias de corrupción
Actualmente existen indicadores de percepción de corrupción generados por diversos organismos internacionales; sin embargo, las mejores prácticas en la actualidad implican mediciones bajo un enfoque de victimización que se obtienen por encuestas probabilísticas.
Por ello, el uso de encuestas sobre victimización en corrupción permite estudiar y atender el problema con datos más apegados a la prevalencia e incidencia del delito, en este sentido, la ENCIG mide la corrupción a través de la experiencia de la población que vivió algún acto de corrupción.
Cabe mencionar que este tipo de medición se dificulta ya que el ciudadano, aunque sea la víctima, siente una corresponsabilidad por haber participado en un acto de corrupción, lo que hace que la población tienda a ocultar las situaciones de corrupción que pudo haber tenido.
Es por esta razón, que la estrategia utilizada por la ENCIG y en otras encuestas sobre corrupción a nivel internacional es la perspectiva de víctima, que implica reducir la sensación de complicidad al considerar al ciudadano como víctima del delito.
Utilizando esta estrategia el 47.6% de la población total que realizó al menos un trámite durante 2013 reportó que cree que existen actos de corrupción en el trámite que realizó, mientras que 32% mencionó que algún conocido vivió una experiencia de algún acto de corrupción en el trámite que refirió.
Hasta este momento lo que se ha medido es la percepción de corrupción, sin embargo el porcentaje de víctimas de corrupción en el trámite que realizó el usuario en 2013, fue del 12.1% de la población que vivió un acto de corrupción frente a 47.6% que cree o ha escuchado que existe corrupción, de esta manera se puede diferenciar cómo percibe la población a la corrupción frente a las experiencias reales que sufrió el ciudadano.
Para comprender la magnitud de la prevalencia de corrupción en México, se puede comparar esta cifra con la prevalencia de uno de los delitos más comunes, en este caso, el robo en la calle o transporte público durante el año; el cual tuvo un porcentaje de victimización de 12.5%, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), 2014.
Por otra parte, con el fin de contextualizar este resultado en el ámbito internacional, la prevalencia de sobornos que afecta a la población en los Balcanes occidentales fue similar a la prevalencia de corrupción estimada por la ENCIG en 2013, al registrarse 12.5% en el año 2010.[1]
Una vez identificada la importancia del análisis de la corrupción con base en la prevalencia del delito, el porcentaje de población víctima de corrupción por entidad federativa donde se puede observar que las tres entidades que presentaron un mayor porcentaje de víctimas de corrupción fueron San Luis Potosí, el Distrito Federal y el Estado de México, mientras que los de menor prevalencia fueron Sonora, Guerrero y Tamaulipas.
Además, gracias a la ENCIG se puede obtener información sobre las características de la población que ha sido víctima de un acto de corrupción en su interacción con empleados de gobierno.
De esta manera, permite identificar las características de las víctimas tales como la edad, sexo, escolaridad y otros factores que complementan el estudio y análisis del fenómeno de la corrupción al realizar un trámite administrativo.
Del grupo de personas que pudo haber sido víctima del delito de cohecho en trámites gubernamentales, 12% experimentó al menos una situación de corrupción, también se identifica que alrededor de 30.8% de la población no ha realizado un trámite de forma personal o no ha tenido contacto con un empleado de gobierno al realizarlo.
Con esta medición, se puede observar la población que pudo haber sido víctima de corrupción, la que no tuvo posibilidad de sufrir un acto de corrupción y aquellas que sí fueron víctimas del delito durante 2013.
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