- El obispo deseó que por la movilización de los hombres de buena voluntad por fin reine la paz
Alfonso Morales Castorena
Aguascalientes, Ags., 15 de diciembre de 2014.- (aguzados.com).- Vivimos unos días en una tregua de nuestros egoísmos habituales, no se descubre de momento soñar con un mundo en que por la movilización general de los hombres de buena voluntad reinara por fin la paz, señaló el obispo de la Diócesis José María de la Torre Martín, al iniciar su mensaje navideño.
Para enseguida preguntarse ¿y la paz será un sueño?, al tiempo que se respondía, esta Navidad nos dice que no, es el designio concreto concedido por Dios desde el principio y cuya realización persigue infatigablemente, a pesar del rechazo y las incomprensiones de los seres humanos, a quienes a lo largo de los siglos ha ido formando pacientemente en la esperanza de un Mesías, el salvador que había de liberar a los hombres y al mundo de toda esclavitud y de toda violencia.
Mencionó que cuando se convierte en Dios, es Dios de nuestra carne, es su propio Hijo nacido entre los pobres, de una humilde mujer de Nazaret, su nacimiento en un establo de los alrededores de Belén habría pasado totalmente desapercibido si los ángeles no lo hubieran anunciado a los pastores que guardaban sus rebaños en aquella región.
Les ha nacido un salvador, así les dijeron y esa noche resplandeció de luz, mientras el eco de un canto de alegría resonaba en las colinas, gloria a Dios en el cielo y en la tierra, paz a los hombres que ama el Señor.
En este niño que llevará el nombre de Jesús se instaura el maravilloso intercambio entre la humanidad y Dios y le confiere a nuestra frágil condición, no solo dignidad eterna a la naturaleza humana, sino que por esta unión admirable nos hace a nosotros eternos hijos de Dios.
El prelado dijo que los animales no pueden ser más animales, pero nosotros los hombres si podemos ser más humanos, esta fiesta de Navidad nos invita a ello, a ser más dignos, nos invita, dijo, a acoger a Jesús que viene a salvarnos, a Jesús el Príncipe de la paz, solamente en Él habrá paz en nuestros corazones, solamente con Él podremos lograr una vida digna para todos, que Cristo nuestra paz reine en nuestros corazones, sentenció.
Agregó que nuestras fiestas tienen una perspectiva hacia el pasado, va hacia el futuro y una hacia el presente, celebramos el nacimiento de Jesús en Belén, actualizamos ese nacimiento en nuestro corazón por medio de la gracia y anunciamos en ese Jesús un reinado de paz que durará para siempre.
Pero, dijo, sigue en nuestros días sucediendo la misma paradoja, Él viene y hay quien lo rechaza y viene y hay quien lo acepta, a quien lo acepta le da el poder de ser hijo de Dios, ser más humano, ser más divino, Jesús se hace humano para que nosotros nos hagamos divinos, ese es el anuncio de la Navidad.
Antes de concluir, el alto jerarca de la iglesia católica en la entidad, puntualizó que como la estrella de Belén, la Navidad debe señalarnos el camino y nutrirnos de esperanza en este mundo materialista, el Niño Jesús en el pesebre es una señal pequeña y frágil, pero rica por la fuerza de Dios que se hizo hombre.
Para terminar su mensaje el obispo dijo que pasen la Navidad en sus familias, haciéndose felices, compartiendo el cariño con sus seres queridos, especialmente con los más chicos y con los enfermos y remató deseando una Feliz Navidad a todos, que Dios los bendiga, dijo.
Enseguida ofreció una posada mañanera y el vocero oficial de la Diócesis, Carlos Alberto Alvarado Quezada, aparte de invitar a degustar el almuerzo a todos los representantes de los medios informativos presentes en la conferencia de prensa que semanalmente se realiza en la Casa del Obispado, distribuyó los tradicionales “bolos de Navidad”, después de cumplir con el rito religioso de “pedir posada”.
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