- El cúmulo de males terrenales lleva a la violación constante de los Derechos Humanos: Raúl Sosa Palos
Aguascalientes, Ags., 11 de mayo de 2015.- (aguzados.com).- En la antesala de la celebración del Día del Maestro y pasada la euforia de los festejos ofrecidos a las mujeres en ocasión del Día de las Madres, la iglesia católica remitió un mensaje de paz y bendiciones para ellas y en materia educativa, consideró un cambio de época y una nueva sociedad fundamentada en una educación excelsa, atendiendo a la emergencia educativa de la que Su Santidad en retiro, Benedicto XVI ha hecho copiosas reflexiones, que tienen la singularidad de enmarcar la problemática en el contexto mexicano y sobre todo de tener propuestas claras al respecto, refirió el vicario general de la Diócesis, Raúl Sosa Palos.
Esas reflexiones, dijo, llevó al alto prelado católico a sintetizar su análisis de esos males en el considerando de que se puede decir que los derechos humanos son violados todavía de modo gravísimo en todas partes del mundo.
Sobre todo, añadió Sosa Palos, un mal que afecta directamente al ser humano es la violación de sus derechos fundamentales, ya que ello implica la anulación racional y práctica del propio género humano, vivimos pues, agregó, un tiempo primordial donde están en juego las exigencias fundamentales de la persona humana, de la familia y el matrimonio como institución, de la justicia y del orden social e incluso de la misma vida humana.
Dijo que los males a que se refería el ex pontífice germano, se refieren a que nos tocó vivir un cambio de época, en un mundo donde la razón es manipulada, divorciada de la vida espiritual de la vida social, las cosas y los hechos están marcadamente vacíos, la moda se impone con su sandez sobre la profundidad.
De entre todos los males que nos aquejan, agregó el presbítero, destaca la destrucción ambiental, ya que el cambio sufrido en un lugar se revierte en una consecuencia planetaria, en el curso de los últimos cien años hemos causado mayores daños al medio ambiente que en toda la historia transcurrida hasta entonces.
En otro plano, continuó, la ciencia y la técnica parece que obedecen sólo al consumismo, los adelantos tecnológicos no miran ya, como antes, a satisfacer necesidades, sino a crear otras, las computadoras, los teléfonos inteligentes, los automóviles que también transportan personas pero que tienen antes “mil encantos más”, la medicina cosmética, la alta tecnología de los videojuegos, prueban todo lo dicho antes.
Pero aún mayor, prosiguió, son los excesos de violencia entre los mismos seres humanos, guerras, narcotráfico, tráfico de personas y de sus órganos, migración, desigualdad económica, ultrajes todos de la dignidad de la persona humana, la corrupción es un mal presente en todos los niveles y ambientes, por eso Su Santidad Benedicto XVI afirmó que la conjunción de todos estos males, derivan en la violación constante de los derechos humanos fundamentales.
Y por ello, señaló, la fuente esencial de una necesaria renovación en todo lo anterior, es la educación, como se asentó en la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), en su documento “Educar para una Nueva Sociedad”, que nos menciona los rasgos característicos del desafío educativo mexicano y del tipo de sociedad que estamos construyendo.
Sosa Palos refirió que estamos en un cambio de época donde ya no somos capaces de ofrecer a los jóvenes, a las nuevas generaciones, lo que es nuestro deber trasmitirles, nosotros, como iglesia católica, estamos en deuda con relación a ellos, también en lo que respecta a aquellos verdaderos valores que dan fundamento a la vida.
Para concluir con la conferencia de prensa que en ausencia del titular de la Diócesis, José María de la Torre Martín, ofreció en la sede del Obispado, señaló que para enfrentar la emergencia educativa, es indispensable crear alianzas, tejer redes y despertar sinenergias entre la familia, la escuela, los empresarios, los gobernantes e incluso los medios de comunicación y la iglesia misma.
Estas sinenergias serán provechosas en la medida en que se coloquen al servicio del crecimiento de la persona humana y sus exigencias objetivas de desarrollo, concluyó.
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