Alfonso Morales Castorena
Aguascalientes, Ags., 22 de diciembre de 2016.- (aguzados.com).- La Navidad es la fiesta cristiana más popularizada, pese a que la Iglesia considera que es más importante la Pascua y sin restar importancia a tan importantes fechas dentro de la liturgia católica, la Nochebuena se celebra el 24 de diciembre, víspera del día de Navidad, para conmemorar el nacimiento del Salvador.
Las costumbres para celebrar tan grato acontecimiento que originó el nacimiento de la religión católica, varían de unos países a otros, pero la más común de todas ellas, casi a nivel universal, refiere una reunión familiar para cenar e intercambiarse regalos, que data de muchos siglos atrás y que desde entonces se considera como una fiesta de carácter cultural, social y familiar, así estén ausentes oficios religiosos sobre el tema.
En cambio, otras religiones, como en el caso de Los Testigos de Jehová, no celebran ni la Noche Buena ni la Navidad por considerarlas fiestas de corte pagano y que nada tienen que ver con la fe que profesan.
A través del tiempo y como una herencia colonial, puesto que desde la conquista España se dio a la tarea de “evangelizar a los idólatras naturales”, la conversión del paganismo al cristianismo hizo que las festividades que se celebran en México se enriquecieran en sus manifestaciones e iniciara la costumbre de organizar y presentar las ahora, ya famosas y conocidas, representaciones teatrales llamadas pastorelas, que relatan el nacimiento de Jesús.
En su inicio, las pastorelas eran de gran solemnidad religiosa, pero al paso del tiempo y por los cambios sociales, ahora se les añaden toques cómicos y de actualidad política o social, lo que antiguamente les estaba vedado a los organizadores.
Y antes de que esas manifestaciones formaran parte de las celebraciones decembrinas, se recurría a organizar reuniones religiosas en varias viviendas, a las que se denominaban posadas porque referían el peregrinar de María y José los días anteriores al nacimiento del Niño Dios, en las que se cantaban y se siguen cantando “las letanías para pedir hospedaje”, se reza el rosario y para festejar el alojamiento de la Sagrada Familia en una casa, “se rompían y se siguen rompiendo las clásicas piñatas rellenas de dulces y golosinas para regocijo de los pequeños”.
Mientras que los anfitriones comparten con sus invitados, chicos y grandes, el clásico ponche, los buñuelos o los tamales que preparan para la cena o bien con los que suelen acompañar los platillos que preparan para su consumo a base de los alimentos típicos de la zona y enseguida reparten los bolos que confeccionaron con colaciones, dulces y frutas, para demostrar de esa forma su hospitalidad cristiana.
La palabra Navidad proviene del latín Nativitas, que quiere decir Nacimiento, pero que por confusión en los términos eclesiásticos, también se le ha llamado Pascua, pero no por ello Navidad deja de ser una de las tres más importantes festividades de la religión cristiana, las otras dos serían la Pascua de Resurrección y la Fiesta de Pentecostés.
Además la fiesta de la Navidad la celebran también la iglesia anglicana, algunas sectas protestantes y la casi totalidad de las iglesias ortodoxas, pero algunas otras manifestaciones religiosas, la fecha del nacimiento del Niño Dios, la festejan el 7 de enero porque su calendario religioso no coincide con las reformas hechas al almanaque juliano para implantar el calendario gregoriano, cuando fue objeto de cambios por el entonces Papa Gregorio XIII y que es el que rige a la iglesia católica hasta el presente.
La aplicación de la palabra Navidad tiene sus connotaciones, según el país o la región en la que se celebra, como por ejemplo entre los sajones y anglosajones, priva el término Christmas, que quiere decir “Misa de Cristo”; para los alemanes la fecha les significa “una noche de bendiciones”, pero en general, como se ha definido el concepto, “celebrar la Navidad, es celebrar el nacimiento de Jesús de Nazareth”.
En nuestra siguiente entrega, intentaremos adentrarnos en los orígenes de tan grato acontecimiento para los católicos y citaremos el mensaje de Navidad que el obispo diocesano, José María de la Torre Martín, envía a sus feligreses.
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