- Los historiadores difieren para definir de manera “correcta” la llegada del presunto genovés
Alfonso Morales Castorena
Aguascalientes, Ags., 10 de octubre de 2014.- (aguzados.com).- En los umbrales de este siglo XXI aún no existen concordancias culturales, sociales e históricas para definir de manera correcta la llegada del navegante genovés Cristóbal Colón a este continente, que unió a dos mundos completamente desconocidos entre sí, pero de abundantes riquezas ambos en todos los órdenes de su ignota existencia.
En el presente la expresión «descubrimiento de América» que refiere ese hecho histórico ha sido criticada por diversos sectores, culturas y estudiosos, dando lugar a un amplio y apasionado debate, que hasta la fecha sigue vigente.
Los estudiosos de la materia han empleado también los términos Día de la Raza, Día de la Hispanidad, Día de la Resistencia Indígena y varios más que han sido creados para referirse al mismo tema y que están íntimamente ligados con el popularmente conocido "Descubrimiento de América".
Este debate que parece no tener fin inició en el año 1992, al conmemorarse el quinto centenario de la fortuita hazaña de Cristóbal Colón que murió en la creencia de que había estado en Las Indias, pobre y enfermo, olvidado por sus mecenas los Reyes Católicos de España, Isabel y Fernando.
En torno a tema y para conocer más a fondo el uso del término "El Descubrimiento de América", el filósofo argentino Santiago Kovadloff, dijo a este respecto:
"Se aproxima un nuevo 12 de octubre y aún perduran los ecos de la polémica desatada en 1992, cuando al cumplirse los quinientos años de la llegada de los españoles a América estalló la discusión, hasta allí quizá menos estridente pero no menos apasionada.
¿Cómo debía designarse lo sucedido? ¿Descubrimiento? ¿Encuentro de culturas? ¿Usurpación? ¿Conquista?, una gama de posibilidades e imposibilidades interpretativas se viene desplegando con fervor desde entonces hasta hoy.
El desacuerdo alentó confrontaciones interminables, si la trascendencia del acontecimiento evocado resulta indiscutible, su caracterización, por uno u otro motivo insatisfactoria, prueba la dificultad para generar consenso donde tanta falta hace.
Después de todo, si cabe a los nombres, como enseña Aristóteles, enunciar las propiedades de las cosas, la desorientación para lograr convergencias en esta materia evidencia que, aún ahora, aquellos a quienes la cuestión compete siguen hablando de cosas distintas", sin que hasta la fecha se defina con precisión la unión del Viejo Continente con el nuevo mundo descubierto por el avezado navegante genovés.
Así, en el debate terminológico sobre la manera de denominar el acontecimiento sucedido el 12 de octubre de 1492 se han desarrollado diversas posiciones, a la vez que se han expresado diversos alcances para cada término y a cuya consideración dejamos a nuestros amables lectores.
De tal manera que les ofrecemos a ustedes una breve reseña de la aventura que emprendió Cristóbal Colón, en la que incluimos su biografía para conocer un poco más vida y obra de tan osado individuo que desafió la ignorancia y la superstición que privaba en la Europa del siglo XIV, sin saber que ocuparía un lugar extraordinario en los anales de la historia universal.
La Biografía de Cristóbal Colón
Cristóbal Colón, nació en Génova, Italia, pero algunos historiadores refieren su origen como: catalán, castellano, francés, griego, pero hasta la fecha no se ha demostrado y mucho menos comprobado que hubiera nacido en otro lugar.
Fue hijo de un matrimonio de humildes tejedores: Diego Colombo y Susana Fontanarrosa y desde muy niño se interesó por la navegación, trabajando desde muy joven como grumete.
En 1477, vivió en Lisboa, Portugal, lugar en donde se casó con Felipa Muñiz de Perestrello, cuyo padre estaba el servicio de Enrique "El Navegante" y de su matrimonio, nació hacia 1482, su hijo Diego Colón.
Su marcado interés por la geografía, le hizo leer los tratados de su época y conoció los mapas que circulaban en ese entonces en forma muy rudimentaria ante el desconocimiento del resto del globo terráqueo.
Al fallecer su esposa en 1484, viajó con su hijo Diego a España y se albergó en el Convento de la Rábida donde los monjes aceptan sus teorías y proyectos, donde les manifestaba sus deseos de llegar a las Indias Orientales, tierras en las que suponía encontraría grandes riquezas.
Con el apoyo de los monjes, en 1486, los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Felipe de Aragón, lo recibieron por primera vez en Alcalá de Henares, Madrid, ante los que expuso sus planes de exploración por la vía marítima, pero se encontró con la férrea oposición de expertos en la materia, que no aceptan sus proyectos por considerarlos una tarea imposible de conseguir.
En ese compás de conocer la última decisión de los monarcas españoles, en 1488 conoció a Beatriz Enríquez de Arana, con la que contrajo nupcias y de cuya unión nació su segundo hijo, Fernando Colón.
Fue con la ayuda del religioso Fray Juan Pérez, que logró finalmente el apoyo de los reyes que gobernaban España: Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, conocidos como los "Reyes Católicos", quienes le proveen de cuanta ayuda económica requería con el fin de que organizara la expedición que soñaba.
De esa forma, el 17 de abril de 1492, la historia se preparaba para registrar en sus anales su odisea, pues se firmaron las capitulaciones de Santa Fé, que concedían a Colón el título de almirante de la expedición, virrey de la tierra que conquistara y una recompensa del diez por ciento de la riquezas que encontrar y trajera a España.
Su Primer Viaje
Cristóbal Colón partió el 3 de agosto de 1492 del Puerto de Palos, España al frente de tres naves, la Santa María, la Pinta y la Niña, llevando como lugartenientes a los hermanos Martín y Alonso Pinzón y los hermanos Niño y la tripulación en conjunto la integraban ciento veinte hombres aproximadamente, todos ellos con el temor de ir al encuentro de lo desconocido.
En medio de peripecias sin fin y tras 72 días de navegación incierta, cuando ya se creían perdidos y a merced del infortunio, la tarde del viernes 12 de octubre de 1492, el marinero Rodrigo de Triana, en calidad de vigía, trepado en la canastilla del palo mayor de la carabela Santa María, vió una costa cubierta de palmeras y gritó: "Tierra a la Vista", que llenó de júbilo a los aventureros españoles.
Sin lanzar las campanas a vuelos por miedo a enfrentarse a situaciones hostiles, dado que creían que habían llegado a las Indias por el camino del oeste, los españoles desembarcaron al día siguiente en la isla de Guanahaní, bautizada enseguida por ellos como Isla San Salvador, porque ese santo patrono de la iglesia española "los rescató de una muerte segura en el mar".
A partir de entonces, Colón continuó sus viajes -cuatro en total- descubriendo otras islas entre las que se destacaron La Española, que hoy ocupan Haití y la República Dominicana, la Isla Juana, que en la actualidad es la isla de Cuba.
Sin conocer la realidad de su viaje, mucho menos el que había llegado a un mundo nuevo, desconocido para los europeos y con la certeza que logró acortar el camino a Las Indias, Colón regresó a España, a dar cuenta habida de su aventura.
Para la protección de sus compañeros marinos, dejó en La Española una pequeña guarnición, y emprendió vieja de regreso a su punto de partida, con el fin de contar a los reyes que había llegado a las Indias, como así lo creía.
A su arribo a España fue objeto de un gran recibimiento por parte de los reyes y a partir de allí se suceden sus tres siguientes viajes, que no tuvieron el éxito esperado como el primero de ellos, en el que sin saber había unido a dos mundos completamente distintos uno y otro e inscrito su nombre con letras de oro en los anales de la historia universal.
Nuestra siguiente entrega tratará de los tres restantes viajes que realizó al nuevo mundo, la traición que sufrió, su cautiverio y muerte en la más completa de las soledades, como lo refiere la misma historia.
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