- Colón llegó al final de sus días sin poseer riqueza alguna de las tantas que descubrió
Alfonso Morales Castorena
Aguascalientes, Ags., 11 de octubre de 2014.- (aguzados.com).- Veíamos en nuestra primera entrega que Cristóbal Colón, en la creencia que había cubierto otro camino por mar para llegar a Las Indias, se hizo a la mar con destino a España para informar a sus mecenas, los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, de la nueva ruta que seguirían en el futuro los comerciantes marítimos para expandir sus negocios a esas tierras.
Ya en España y dado cuenta de su descubrimiento, fue objeto de homenajes sin fin y se dio a la tarea de organizar una nueva expedición a lo que consideraba aún Las Indias, sumido en su ignorancia de que se trataba de un Nuevo Mundo, desconocido hasta entonces en toda Europa.
Pero antes de seguir adelante, debemos considerar que la historia relata que los expedicionarios que viajaron con Cristóbal Colón no fueron los primeros europeos en llegar a América.
La misma historia refiere que varios siglos antes los marinos vikingos en su afán de conquista habían navegado las costas de América del Norte y se cree que en la Isla de Groenlandia, fincaron algunos asentamientos, pero para el Siglo XV ya habían desaparecido sus asentamientos y no se volvieron a tener noticias de ellos.
Y dado que ese Siglo XV fue una época de difíciles pero paulatinos avances en la exploración del mundo, motivados por encontrar rutas comerciales alternativas para llegar a las Indias, inicialmente Cristóbal Colón, presentó a la corona de Portugal un proyecto para llegar a las Indiasdesde el Oeste.
Pero los portugueses le rechazaron sus proyectos debido a que sus navegantes estaban logrando importantes avances en sus viajes por la costa de África, que era una ruta más confiable conocida y segura para ellos, a diferencia de una navegación atravesando el desconocido e inhóspito océano y consideraron que sus planes eran una verdadera aventura sin ningún tipo de garantías.
De tal suerte que al instalarse en España, los Reyes Católicos, que estaban en desventaja respecto de los portugueses en la competencia por llegar a las Indias, luego de escuchar sus proyectos decidieron apoyarlo en todos sus requerimientos.
Sin embargo, su concreción se demoró siete años porque, hasta 1492, su principal objetivo fue expulsar a los musulmanes de la península.
Sería hasta abril de 1492, cuando los Reyes Isabel y Fernando firmaron junto a Colón un acuerdo que denominaron las Capitulaciones de Santa Fe, en las se establecía que Colón recibiría el almirantazgo perpetuo, el virreinato y la gobernación de todas las tierras que descubriese y –además- la décima parte de las riquezas halladas.
Ya sin obstáculo alguno, como la señalamos en nuestra primera entrega, la historia abriría sus páginas a los osados navegantes españoles y aun cuando estos en un momento se creyeron perdidos en la inmensidad del mar, al final de cuentas el 12 de octubre de 1492, llegarían a las costas de lo posteriormente sería llamada La Nueva España.
A partir de entonces se sucedieron los tres restantes viajes de Colón y sus hombres, de los que daremos cuenta en este espacio.
El Segundo Viaje
Este daría inicio el 25 de setiembre de 1493, al partir Colón desde el puerto de Cádiz con diecisiete navíos y más de mil quinientos hombres, todos ellos ávidos de conocer la nueva ruta a Las Indias, pero también con la mira puesta en hacerse de riqueza, y en este segundo viaje, el genovés descubrió las Antillas y la isla de Puerto Rico.
De ahí se dirigió a La Española, a la que llegó hacia fines de noviembre y se encontró con que el Fuerte Navidad había sido destruido y ahí mismo fundó un nuevo asentamiento al que llamó Isabela, en honor de la reina de España, su principal benefactora.
Sólo que la falta de víveres y las enfermedades tropicales hicieron estragos entre sus hombres, que debilitados y enfermos, regresan a España con doce barcos, con su navegante en jefe a la cabeza, el que se presenta ante los reyes con un hábito de franciscano y da cuenta de los riesgos y peligros a los que se enfrentó junto con su tripulación.
El Tercer Viaje
Aun así, los Reyes Católicos continuaron brindando su apoyo a Colón y en 1498, partió por tercera vez a las nuevas tierras, pero ahora al frente de ocho naves, desde San Lucas de Barrameda.
En esta ocasión el destino le llevó a descubrir la Isla Trinidad, el Golfo de Paria y la Isla Margarita, además arribó a la desembocadura del río Orinoco y al llegar a la Isla Española se enteró que Santo Domingo se había sublevado.
Los enemigos de Colón, convencieron a los reyes para que lo destituyeran de su cargo y para ello viajó a la Isla Española un comisionado real, Francisco de Bobadilla, quien ordenó apresar a Colón y a su hermano Diego, enviándolos de regresó a España, donde estuvo preso algún tiempo hasta que los monarcas ordenaron su liberación, pero no le devolvieron su cargo.
Su Último Viaje
Ya libre y sin ostentar cargo alguno, Cristóbal Colón organizó lo que sería su último viaje al Nuevo Mundo y el 11 de mayo de 1502, cuando partió de Cádiz con cuatro navíos y 150 hombres.
El destino volvería a sonreírle una vez más y en su exploración descubrió la costa de Honduras y bordeó América Central, pero tuvo la mala suerte de sufrir un naufragio del cual fue rescatado tiempo después y esa sería la causa de que su estrella comenzara a apagarse paulatinamente.
Regresó a España a Morir
Repuesto de las incidencias de ese naufragio, emprendió viaje de regreso a España, a donde llegó el 7 de noviembre de 1504, arribando a San Lucas de Barrameda, España, y sin nadie que le recordara, olvidado, triste y enfermo, el gran navegante muere el 20 de mayo de 1506 en Valladolid.
Tras su muerte, se le enterró inicialmente en esa misma ciudad de Valladolid y posteriormente sus restos fueron trasladados al Monasterio de la Cartuja en Sevilla y tiempo después, por deseo de su hijo Diego, vuelve a ser trasladado más tarde a Santo Domingo en 1542.
El Destino Final de su Cuerpo
Luego de la conquista de la isla de Santo Domingo en 1795 por los franceses, se trasladan sus restos a La Habana, y tras la guerra de la independencia de Cuba en 1898, es trasladado por el crucero Conde de Venadito hasta la Catedral de Sevilla, donde reposan en un suntuoso catafalco.
Pruebas de ADN realizadas en 2006 determinaron que los huesos atribuidos al almirante que están en la catedral de Sevilla sí son los de Cristóbal Colón. La afirmación se basó en el estudio del ADN comparado con el de su hermano menor Diego Colón y con los de su hijo Hernando Colón.
¿Beneficio? ¿Perjuicio?
La historia registra que con el Descubrimiento de América realizado por Cristóbal Colón, que se conmemora cada 12 de octubre de cada año, se abrió uno de los más complejos capítulos de la historia universal.
Menciona que involucra a la naciente sociedad moderna europea y sus viajes de exploración, a las civilizaciones originarias de América y el inicio de un imperio colonial que duraría siglos y en medio de todo esto a un navegante con un proyecto arriesgado y un destino que nadie hubiera previsto, el Descubrimiento de un Nuevo Continente.
Este hecho cambió el curso de la historia, y aunque resulta difícil pensar o saber qué hubiera pasado si Colón hubiera seguido otra ruta, parece claro que el descubrir América supuso gran riqueza para Europa, aunque pocos o ninguno fueron los beneficios para quienes en ese entonces habitaban estas tierras.
Al margen de la conquista de los territorios de América, cabe añadir que la llegada de europeos supuso además un colapso demográfico de la población indígena, debido principalmente a los genocidios indiscriminados, o la llegada de enfermedades epidémicas ante las que los indígenas carecían de defensas biológicas y que en gran medida permitió la conquista total del Nuevo Mundo y su dominación europea durante tres siglos.
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