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Una obra excepcional para el Tercer Concierto de la OSA

  • Una de las sinfonías más hermosas del repertorio ocupa todo el programa

osa27oct15Aguascalientes, Ags, 27 de octubre 2015.- (aguzados.com).- El Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA) y la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes (OSA), invitan al Tercer Concierto de esta temporada y que tendrá lugar el viernes 30 a las 21 horas en el Teatro Aguascalientes, bajo la dirección de Román Revueltas Retes .

Dentro del programa estarán la Sinfonía no 4, en mi bemol mayor, de Anton Brucknercon, con sus cuatro movimientos: Bewegt, nicht zu schnell, Andante, quasi allegretto, Scherzo.  Bewegt Trio: Nicht zu schnell y el Finale: Bewegt, doch nicht zu schnell.

Nacido el 4 de septiembre de 1824 en Ansfelden, cerca de Linz, en una familia de campesinos. Bruckner fue autodidacta. Su primera obra, una misa de réquiem es del año 1849. Con profundas convicciones religiosas, en 1851 inició su trabajo como organista en el monasterio de San Florián, cerca de Ansfelden, y de 1856 a 1868, en la catedral de Linz.

Estudió con el prestigioso maestro de contrapunto Simon Sechter, y compuso tres de sus más importantes obras corales: la Misa en re menor (1864), la Misa en mi menor (1866) y la Misa en fa menor (1867). También su primera sinfonía en do menor (1866).

Entre los años 1868 y 1892 fue organista de la corte y profesor del conservatorio de Viena. Compuso otras ocho sinfonías, así como obras sacras, orquestales, corales, para órgano y para piano. Obtuvo varios galardones, así como una pensión para el resto de sus días. Bruckner no había oído ni una sola nota de Wagner hasta la edad de 40 años.

Fue entonces cuando acudió a una representación de Tannhäuser y a partir de aquel momento su vida dio un vuelco convirtiéndose en un ferviente wagneriano y, sin pretenderlo, se vio envuelto en las violentas querellas entre wagnerianos y antiwagnerianos que agitaron los treinta últimos años del siglo XIX.

Anton Bruckner falleció en Viena el 11 de octubre de 1896 a causa de una crisis fulminante de hidropesía mientras componía su novena sinfonía en re menor. Sus restos fueron enterrados en la Abadía de Sankt Florian, según la voluntad del propio compositor.

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