- El profesor Magaña Rueda de la UNAM critica que cuando hay sequía es fácil culpar a la naturaleza sin reconocer los errores en el manejo del agua
Ciudad de México.- 15 de junio de 2021.- (aguzados.com).-México es cada vez más vulnerable a las sequías, por leves que sean, sostiene Víctor Orlando Magaña Rueda, del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El miembro de la Red del Agua de la UNAM explica que existen varios tipos de sequía: la meteorológica, que es falta de lluvia; la hidrológica, relacionada a la cantidad de agua en embalses, represas o lagos; agrícola, que es insuficiencia del líquido para el cultivo, y la socioeconómica, relativa a cuando no hay suficiente agua para dotar a las ciudades.
De los cuatro tipos de sequía solo la meteorológica no se puede controlar ya que es natura y sucede por el cambio climático o por fenómenos como El Niño o La Niña en los que puede llover más o menos.
El profesor Magaña Rueda critica que cuando hay sequía es fácil culpar a la naturaleza sin reconocer los errores en la forma de manejar el recurso hídrico.
Llamó a mirar la cultura del cuidado de agua en grandes ciudades como Barcelona, Sao Paulo y Ciudad del Cabo, que pasaron por niveles de emergencia ante la escasez de agua por sequía.
Han sabido recuperar las funciones que nos da la naturaleza para captar agua, recargar los acuíferos. Todos han implementado medidas clave porque no quieren volver a pasar por lo mismo”, reflexionó.
El experto recordó que en 2011 el país enfrentó una crisis similar, por lo que el problema no es reciente y se agrava, siendo que México vive en constante contradicción por la falta de agua y las inundaciones.
De esta forma enfatizó que es urgente que la población y quienes toman las decisiones se comprometan a limpiar, cuidar y reducir el consumo de agua, así como a utilizar aparatos y sistemas que gasten menos.
Para abonar al cuidado del agua, la UNAM ha aportado a través de sus especialistas investigaciones que ayudan a comprender mejor el fenómeno y al tiempo que aportan propuestas de solución.
A partir de 2016 se ha impulsado un modelo de desarrollo rural territorial en más de ocho mil hectáreas en zonas semiáridas en Hidalgo, Oaxaca y Zacatecas.
Igualmente se promueven técnicas de agricultura de conservación y mejoramiento tradicional de cultivos para hacer frente a los retos de la desertificación y la sequía en el país.