Aguascalientes, Ags, 17 de noviembre 2015.- (aguzados.com).- Después de los problemas cardiacos, el cáncer es la segunda causa de muerte entre los humanos, siendo culpable del alrededor del 25 % de los fallecimientos en todo el mundo. No solo las personas pueden padecer esta enfermedad, sino que también los animales. A mayor cantidad de células son mayores posibilidades de que una se vuelva cancerosa. Parece lógico, pero en el caso de los elefantes, que poseen el doble de células que los humanos, las tasas de cáncer son muchísimo más bajas y es que estos animales gigantes traen un mecanismo de protección en su ADN.
Elefantes: diseñados para combatir el cáncer por naturaleza
Un 5 % de los elefantes muere de cáncer, una tasa bastante baja, aunque sus factores de riesgo son menores, no fuman, son físicamente activos, comen bien y no beben alcohol. Aun así, extraña que sean tan poco propensos a los tumores, lo que no ocurre en otros animales.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Utah estudió qué protege a estos animales del cáncer, como una forma de buscar métodos que puedan funcionar en humanos. Sus hallazgos demuestran que la naturaleza es muy sabia.
Los elefantes tienen 100 veces más células que los humanos, por lo que el riesgo de que una se vuelva dañina también debiera multiplicarse, pero en su ADN poseen un método de detección y ataque temprano, evitando que esa célula que mutó se convierta en un peligroso cáncer.
Los humanos tenemos dos copias de un gen dedicado a detectar y destruir células cancerosas antes de que se repliquen e invadan otros tejidos, y en el caso de los elefantes, ese gen (TP53) es muchísimo más abundante.
Cómo el cuerpo de los elefantes ataca el cáncer
Los estudios científicos que intentan descubrir qué hace que los elefantes tengan tal resistencia al cáncer, creen que la respuesta está en el gen TP53, del cual poseen 10 pares, mientras que los humanos y otros animales solo tienen un par.
El Doctor Joshua Schiffman encontró interesante la resistencia del cuerpo de los elefantes al cáncer y se dedicó a estudiarla para buscar aplicar sus hallazgos en busca de prevención y cura para sus pacientes humanos. En humanos y elefantes, el gen TP53 cumple un rol muy importante, ya que detecta rápidamente cuando una célula muta y mueve todos los recursos necesarios, ya sea para repararla o destruirla, evitando así que se formen tumores que dan paso a cánceres graves.
Schiffman cree que el trabajar con el gen TP53 podría ser la respuesta para la prevención del cáncer en humanos y el tratamiento para quienes son propensos a desarrollar diferentes tipos de cáncer. Los elefantes y el estudio de su genética podrían dar la clave para el estudio y desarrollo de terapias efectivas para el cáncer, especialmente el que afecta a niños y, algún día, esta enfermedad no sea culpable de miles de millones de muertes a nivel mundial.
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