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Necesaria la intervención del fisioterapeuta en el tratamiento de pacientes quemados

  • Su recuperación es lenta y muchas veces dolorosa, señaló egresada de Fisioterapia de UVM Campus Chapultepec.

Ciudad de México.- 2 de septiembre de 2020.- (aguzados.com).- Ante los daños por quemaduras originadas por distintas causas, el trabajo de un fisioterapeuta puede ofrecer alivio en el control de dolor, de los edemas, la prevención de contracturas musculares y articulares, así como al preservar la función muscular para lograr una mejoría en la calidad de vida de los pacientes, señaló la egresada de Fisioterapia de la Universidad del Valle de México (UVM) Campus Chapultepec, María Estrella del Refugio Rueda Manrique.

En el contexto de su participación en el Segundo Foro de Investigación de esta casa de estudios, detalló que las quemaduras son lesiones producidas por diferentes etiologías o causas, que se clasifican de acuerdo a qué tan profunda es la lesión y que la causó. Los principales hallazgos clínicos indican que las quemaduras pueden afectar a los sistemas cardiovasculares, pulmonares, dermatológicos, digestivos, neurológicos y músculo esqueléticos.

Rueda Manrique agregó que la importancia del fisioterapeuta en la atención de pacientes quemados es, desde que ingresan a un centro hospitalario, hasta que logran su recuperación. “La labor de un fisioterapeuta en cualquier situación, no solo en pacientes quemados, es la de recuperar la funcionalidad, sensibilidad y la independencia progresivamente de las personas, así como mejorar su calidad de vida”, indicó.

Comentó que las quemaduras son lesiones que se producen por acción de diversos agentes físicos, como fuego, líquidos, objetos calientes, radiación, corriente eléctrica o frío; también los químicos son causa de quemaduras como los cáusticos y biológicos.

Las quemaduras se clasifican en función al agente que las produce; a la Extensión, según la regla de los 9 o de Wallace (es un método que se utiliza para calcular la extensión cutánea quemada en un paciente. Consiste en dividir la superficie del cuerpo en áreas equivalentes al 9% de la superficie corporal total quemada (SCTQ) o por múltiplos de 9). A la profundidad (1º, 2º y 3er grado) y a la Localización.

“Las causas principales de muerte en pacientes quemados son: el shock hipovolémico y compromiso agudo respiratorio y por complicaciones derivadas del trauma como infecciones”, comentó.

Lamentablemente, la recuperación de un paciente con quemaduras es lenta y muchas veces dolorosa, “la piel es el órgano con mayor cantidad de terminaciones nerviosas, por lo que su recuperación es muy larga y requiere paciencia y mucho esfuerzo, también para ganar rango de movimiento  las movilizaciones son dolorosas debido a que es necesario romper la fibrosis que se crea en las articulaciones, además de las contracturas musculares; otro punto importante de la recuperación es la estabilidad, seguridad y fuerza que se va a ir ganando poco a poco a lo largo de las sesiones”, manifestó.

De acuerdo a Rueda Manrique, lo más importante al tratar a un paciente con quemaduras, es la prevención de complicaciones, “en general la mayor parte del tratamiento se basa en la prevención, por lo que este punto es primordial, así como conseguir la funcionalidad tanto ventilatoria como la motriz y con esto lograr la independencia del paciente”, dijo.

Agregó que un riesgo de tratar al paciente con quemaduras, es el de las infecciones; también se debe considerar los signos vitales del paciente para trabajar en un rango estable y así no causar daño o alguna complicación. “Al trabajar con este tipo de pacientes se debe de monitorear las respuestas hipermetabólicas y las respuestas inflamatorias, ya que, de no tener precaución en esto, puede ocasionar la muerte”.

Indicó que el tratamiento adecuado para un paciente con quemaduras por parte del fisioterapeuta, es poder realizar una adecuada valoración fisioterapéutica dentro de las primeras 24 horas de ingreso, para así poder planificar un plan de tratamiento individualizado y especializado para cada paciente. Ahora, en cuanto al tratamiento, se debe dividir según los objetivos que se deseen cumplir, estos se clasificarán en corto, mediano y largo plazo.

A corto plazo los objetivos son, disminuir el dolor, el edema y la prevención de la aparición de úlceras por presión, mejorar la capacidad ventilatoria, así como el gasto cardiaco. Lo más relevante en esta etapa es la prevención de futuras complicaciones.

A mediano plazo, los objetivos son prevenir contracturas musculares y articulares, mantener y mejorar poco a poco los rangos de movimiento y el tono, favorecer la cicatrización y preservar la funcionalidad y el movimiento, así como la propiocepción y la sensibilidad.

Y a largo plazo, mantener y aumentar los rangos de movimiento, una reeducación postural y muscular, mejorar la sensibilidad y la propiocepción, favorecer la bipedestación y la marcha un fortalecimiento progresivo y no puede faltar una educación ergonómica.

Finalmente, dijo que la participación del fisioterapeuta, es una parte fundamental para un tratamiento completo y adecuado, “porque al poderles recuperar la funcionalidad y el movimiento que se pierde al sufrir una quemadura se mejora considerablemente la calidad de vida de las personas, al poder hacer que vuelvan a sentir, a moverse sin dolor, a poder volver a levantarse y poder caminar. Todo esto en conjunto brinda al paciente una mayor estabilidad y seguridad al realizar cualquier actividad de la vida cotidiana”.

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