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Festejando a la Patria, Consumación de la Independencia

  • José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, mejor conocido como Guadalupe Victoria, es nombrado primer presidente de la incipiente nación independiente

Alfonso Morales Castorena

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 Aguascalientes, Ags., 15 de septiembre de 2014. - (aguzados.com).- Las dos primeras etapas de la Guerra de Independencia de México, de las cuatro en las que los historiadores dividieron esa lucha armada, las que ya hemos detallado con anterioridad y en las que los insurrectos habían perdido a sus principales jefes, Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón, dio paso a la tercera de ellas, en la que los españoles se creían victoriosos y seguros de haber aplastado el movimiento armado.

Su optimismo lo basaban en el desorden que prevalecía en las tropas de los insurgentes, que faltos de líderes para que los guiaran en la lucha que sostenían, poco a poco se fueron regando por diversas partes del todavía territorio de la Nueva España y la casi totalidad de los otrora insurgentes, regresaban vencidos a sus labores agrícolas, artesanales y comerciales, para beneplácito de la Corona Española y de su monarca en turno Fernando VII.

felixcalleja15sep14Ese periodo de aparente calma y paz en el territorio conquistado, motivó al general realista Félix María Calleja a rehacerse en todos los aspectos militares, a proveerse de pertrechos suficientes para perseguir a quienes aún pretendían continuar en la lucha y a lanzar grandes ofensivas para sofocar totalmente la insurrección.

Los españoles supusieron que varios de los principales líderes de la insurgencia, que se ampararon a la proclama de indulto del virrey Juan Ruiz de Apodaca, así como sus segundos en el mando, habían obligado a sus subordinados a hacer lo mismo, a deponer las armas y a retirarse a la vida civil y por ello, se presumían victoriosos y seguros de no volver a combatir a los naturales, criollos y mestizos que poblaban la Nueva España y ésta seguiría bajo el yugo y la tiranía de Fernando VII.

Pero en el sur de la aún Nueva España, el militar y político insurgente Vicente Guerrero continuaba en pie de lucha al frente de su tropa, que no cejaba en su intento por hacer realidad los sueños de Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón,

Vicente Guerrero se había unido a éste último y a su lugarteniente, Isidoro Montes de Oca, a su paso por la ciudad de Tecpan, en septiembre de 1810, al conocer el motivo de la insurrección y quedó bajo las órdenes de Hermenegildo Galeana con el grado de capitán.

Con ese nombramiento y al mando de poco menos de 400 hombres, Vicente Guerrero recibió la orden de José María Morelos y Pavón de tomar la ciudad de Taxco, a principios del año de 1811 y a partir de entonces y con plena seguridad de su autoridad, se posicionó del sur del país.

Obtuvo sendas victorias en la batalla de Izúcar, el 23 de febrero de 1812, donde como segundo al mando del General Mariano Matamoros derrotan al General Brigadier Ciriaco del Llano.

El 23 de julio de 1812 participa en el sitio de Huajuapan, donde su caballería, en combinación con la de Hermenegildo Galeana, derrota al capitán realista Juan Antonio Caldelas, uno de los principales defensores y fue Vicente Guerrero el primero en romper el cerco para lograr un triunfo más.

La victoria insurgente en Huajuapan hacía fácil la toma de la ciudad de Oaxaca, recomendada por el mismo Guerrero y Valerio Trujano a su general en jefe, José María Morelos y Pavón, sin embargo, en lugar de ello, el ahora llamado Siervo de la Nación, decide partir a Tehuacán llevando a Guerrero bajo sus órdenes, al que luego comisiona para enfrentar a los realistas en el sur del estado de Puebla.

Para entonces ya el ejército español tenían ganada la batalla de Puruarán y el realista Gabriel de Armijo toma Chilpancingo, obligando con ello al recién nombrado Congreso de Anáhuac, formado por José María Morelos y Pavón a movilizarse a la ciudad de Puebla y Vicente Guerrero se hizo cargo de la custodia de los congresistas a su nueva sede, al frente de 400 hombres.

Después es comisionado por Morelos para combatir en los estados del sur de México, a donde se dirige llevando consigo sólo un asistente, pero a comienzos de 1816, con la muerte de José María Morelos ocurrida en diciembre de 1815,, la mayoría de los jefes insurgentes se retiran de la lucha y esta declina.

A pesar de ello, Guerrero continúa combatiendo en los estados del sur durante el periodo llamado de Resistencia. Al igual que otros insurgentes surianos, se distinguió por organizar y contar con milicias profesionales, con buenos jinetes y hombres hábiles en el uso de las armas y la artillería.

Fue derrotado en la batalla de Cañada de los Naranjos, pero luego venció a Zavala y Reguera en Azoyú y a Samaniego y a La Madrid en Piaxtla; el 15 de septiembre y el 30 de septiembre de 1818 venció al Comandante del Sur José Gabriel de Armijo en las batallas de El Tamo del Cerro de Barrabás, aniquilando a los contingentes realistas., pero el 5 de diciembre de 1819 es derrotado en la batalla de Agua Zarca y a punto estuvo de caer prisionero.

vicentegro15sep14Al igual que otros líderes de la insurgencia en el sur, Guerrero equipó, entrenó y uniformó a sus hombres de la mejor manera posible, el grupo militar más cercano a él, bajo sus órdenes directas, era conocido como el Regimiento de San Fernando, el cual estaba formado inicialmente por 500 soldados.

Guerrero recibió licencia de formarlo tras alcanzar el grado de Coronel y su regimiento se destacaría por su valor y destreza a lo largo de la lucha armada, convirtiéndose en uno de los regimientos de élite de la insurgencia y justo después de su formación, lograron derrotar a las fuerzas más numerosas del realista La Madrid, quién los había subestimado.

Vicente Ramón Guerrero Saldaña, su nombre verdadero, nació el 9 de agosto de 1782 en el poblado de Tixtla, Guerrero y murió en Cuilapam, Oaxaca, el 14 de febrero de 1831, luego de servir honrosamente al México que soñaba, libre y soberano, como artífice que fue del mismo en su lucha armada de 1816 a 1821, cuando sus sueños y de los iniciadores del gran movimiento armado se convirtieron en realidad.

Pactó la independencia con Agustín de Iturbide, con el histórico Abrazo de Acatempan, el 10 de febrero de 1821 y el 21 de febrero de ese mismo año, promulgó el Plan de Iguala, con el que se unen sus ejércitos, el insurgente y el realista, formando así al Ejército Trigarante y el 27 de septiembre de 1821, hacen su entrada triunfal a la ciudad de México, consumándose así la independencia mexicana.

Entre los cargos que ocupó, ya con un México libre del yugo español, cuenta la historia que fue miembro del Supremo Poder Ejecutivo de 1823 a 1824; Ministro de Guerra y Marina en 1828 y por circunstancias especiales fue presidente de la naciente República Mexicana del 1 de abril al 17 de diciembre de 1829.

Cuatro años después, el 16 de noviembre de 1833, por Decreto Presidencial, fue declarado Benemérito de la Patria y en 1849 en su honor fue creado el hoy estado de Guerrero.

La Intervención de Francisco Javier Mina

En esta tercera etapa de la Guerra de Independencia y a partir del año de 1815, intervendría de manera decidida el español Martín Xavier Mina Larrea, bautizado en la Historia de México como Francisco Javier Mina, quien en el año de 1808 había luchado en su natal España contra los invasores franceses y que para el realista Félix María Calleja representaba la división de sus fuerzas para combatirlo y al mismo tiempo enfrentar al ejército que comandaba Vicente Guerrero.

La presencia en México del guerrillero español obedecía a la invitación que Fray Servando Teresa de Mier y otros insurgentes le hicieran en la ciudad de Londres, Inglaterra, donde se refugiara luego de fracasar en su intento por derrocar al rey Fernando VII, cuando la revolución española triunfó sobre los invasores franceses que pretendían extender los dominios de su naciente Primer Imperio de Francia a la península ibérica.

Mina que había estado preso cuatro años en su natal España al ser detenido por el general Schmitz en la batalla de Labiano, como resultado de su intervención en la lucha por librar a España de la invasión francesa, intentó destronar al rey al conocer que éste había derogado la Constitución de Cádiz y estaba convertido en un tirano, de ahí que al ser descubierto tuviera que huir a Inglaterra, donde luego se enrolaría en las filas de la insurgencia mexicana.

fusiliamientomina15sep14Convencido de que era necesaria su intervención, ante la falta de líderes por la muerte de Hidalgo, Morelos y varios jefes insurgentes más, Francisco Javier Mina se trasladó rumbo a la Nueva España pasando por los Estados Unidos y en Baltimore consiguió dinero y armas para continuar la lucha; le acompañaban el propio Fray Servando Teresa de Mier y otros oficiales, que tenían las mismas ideas de sacudirse el yugo fernandino.

Estuvo brevemente en Haití; después marchó a Nueva Orleáns y el 25 de abril de 1815 desembarcó en Soto la Marina en la desembocadura del río Santander, en Tamaulipas, donde se puso en contacto con los grupos insurgentes mediante un manifiesto, exhortando a los pueblos a liberarse del rey Fernando y libertad al país, anclando sus buques "Cleopatra", "Neptuno" y el "Congreso Mexicano", en una parte estrecha del mismo río, para su debido resguardo y se internó en el país con poco más de 300 hombres.

Entró en la villa de Horcasitas y tomó 700 caballos que estaban destinados a los realistas, con lo que montó toda su tropa y siguió su camino, siempre bajo la guía de Fray Servando Teresa de Mier.

Su inesperada presencia en tierras de la Nueva España obligó a Félix María Calleja a destacar parte de sus fuerzas para atacarlo y frenar su avance, pero mientras tanto Francisco Javier Mina ya para el 8 de junio de 1817 había derrotado en Valle del Maíz ,al capitán Villaseñor; el 15 de ese mismo mes hizo huir al capitán Peotillas; el 19 a Real de Pinos; el 22 se unió a una partida insurgente y el 24 entró al Fuerte del Sombrero, defendido por el insurgente Pedro Moreno.

A cambio de tan sonadas victorias, los realistas incursionaron en Soto la Marina y derrotaron a la guarnición militar que ahí dejara, hicieron presos a todos sus soldados, incluido Fran Servando Teresa de Mier, que había regresado para informar de su avance en territorio mexicano.

Aun así, Francisco Javier Mina siguió peleando en numerosos lugares hasta que, desalentado por la indisciplina de sus tropas, marchó a Jaujilla, donde estaba la Junta de Gobierno, llegando el 12 de octubre de 1817.

Mina identificaba la lucha de los independentistas con el combate al absolutismo; en México, sin embargo, los insurgentes ya no luchaban por la Constitución de Cádiz, y su iniciativa despertó la desconfianza de algunos.

La expedición de Mina no duró mucho, y fue sorprendido el 27 de octubre de 1817 en el rancho El Venadito, muy cerca de Silao, Guanajuato, donde cayó preso y con grilletes en manos y pies se le llevó ante el realista Pascual Liñán, quien ordenó su fusilamiento.

El idealista guerrillero español sería fusilado el 11 de noviembre de 1817, a los 29 años de edad, en el Cerro del Bellaco o del Borrego, frente al Fuerte de los Remedios, cerca de Pénjamo, por soldados del Batallón de Zaragoza, luego de su breve paso por el país que le llamó a la lucha por lograr su libertad.

En Nueva España tomó el título de "General del Ejército Auxiliar de la República Mexicana", llegó cuando la Guerra de Independencia estaba en su último período; sin recibir los auxilios que le habían prometido; visto con desconfianza por los insurgentes, luchó contra todos los recursos de un gobierno establecido.

Mina todavía penetró, por medio de sus triunfos, hasta el corazón del país; puso en el mayor cuidado al virrey, y su expedición forma un episodio corto, pero de los más brillantes de la Guerra de Independencia. .

Sus restos descansan en la Columna de la Independencia, un importante monumento de la ciudad de México que honra a los héroes de la contienda que se llevó a cabo de 1810 a 1821.

Queda para la posterioridad la proclama que lanzara a todo pulmón al arribar a tierras mexicanas, en la que señalaba que no combatía sino contra la tiraría del rey Fernando VII y no perseguía interés bastardo alguno.

He aquí la proclama que la historia recopiló en sus anales:

"(...) Mexicanos: permitidme participar de vuestras gloriosas tareas, aceptad los servicios que os ofrezco en favor de vuestra sublime empresa y contadme entre vuestros compatriotas. ¡Ojalá acierte yo a merecer este título, haciendo que vuestra libertad se enseñoree o sacrificándole mi propia existencia! Entonces, en recompensa, decid a vuestros hijos: "Esta tierra fue dos veces inundada en sangre por españoles serviles, vasallos abyectos de un rey; pero hubo también españoles liberales y patriotas que sacrificaron su reposo y su vida por nuestro bien."

Pese a su brevedad, la campaña de Mina fue una acción de guerra de suma importancia en el período de la Guerra de Independencia de México, conocido como "Etapa de Resistencia de la Independencia de México", cuando se tenía la impresión del gobierno español, que las tropas realistas podrían derrotar al ejército insurgente mexicano y en esta cuarta etapa de la contienda así lo consideraban.

Independencia Consumada

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El sacrificio del guerrillero español y de todos sus antecesores en la lucha armada, no sería en vano, porque cuatro años más tarde y ya con la plena seguridad del objetivo alcanzado, en cuanto que Vicente Guerrero no cedió a las exigencias del virrey para deponer las armas y Agustín de Iturbide fracasara en su intento por derrotarlo, ambos militares acordaron la tregua total y la rendición del ejército español, para dar paso al ya conocido ingreso del 

Ya desde 1815, Félix María Calleja se ufanaba de haber extinguido la causa insurgente en Guanajuato, cuna del movimiento, a través del uso de tropas numerosas y fuertes medidas represoras.

Estando la lucha insurgente en decadencia o bien agobiada por los realistas en muchos puntos del país, Juan Ruiz de Apodaca decide ofrecer el indulto a aquellos que dejen la lucha, por lo que muchos de los jefes independentistas comienzan a rendirse.

La oferta de indulto contemplaba especialmente a Vicente Guerrero, quién sin embargo no la acepta, por lo que el Virrey envía directamente a su padre, Pedro Guerrero, partidario del realismo español, para que intente convencerlo de deponer las armas.

Nada hizo cambiar las ideas del general insurgente, ni siquiera los ruegos de su padre, de rodillas y con lágrimas en los ojos, a los que Guerrero repuso: "Señores, éste es mi padre, ha venido a ofrecerme el perdón de los españoles y un trabajo como general español. Yo siempre lo he respetado, pero la patria es primero".

Sin embargo, esto tampoco disuadió a Apodaca,de manera oficial, manda continuamente fuerzas a combatir a Guerrero exigiéndoles resultados inmediatos, mientras que por otro, debido a la falta de éstos, insiste en entablar conversaciones secretas con Guerrero a través de sus allegados, convidándole a que se rinda a cambio de un puesto importante en la milicia española y otros beneficios.

acatempan15sep14Para entonces en 1818 Guerrero es nombrado General en Jefe de los Ejércitos del Sur por el remanente del Congreso de Chilpancingo, la Junta de Jaujilla y sería ratificado en el cargo en 1820 por la Junta Subalterna, otorgándole toda la autoridad y el mando de las milicias insurgentes.

Ante la pérdida de confianza de los realistas tras las largas campañas, Vicente Guerrero aprovecha el momento y escribe una carta al Coronel Gabriel de Armijo, jefe de las fuerzas realistas del sur, a cargo de combatirlo.

En la misiva le invita a que se una a la causa insurgente para alcanzar así la independencia, presentándole una propuesta muy similar al Plan de Ayutla y Armijo rechaza rotundamente la oferta.

El 17 de agosto de 1820, Guerrero escribe ahora al coronel Carlos Moya, subalterno de Armijo y Moya también rechaza la oferta, pero con cortesía e invitando a Guerrero a rendirse y para mala suerte del jefe insurgente su misiva llega a manos de Apodaca.

A pesar de ello, el virrey Juan Ruiz de Apodaca no rompe su contacto con Guerrero y debido a esto, a las derrotas constantes y a lo remoto de llegar a someter a Guerrero como se le exigía, Armijo renuncia al cargo de la Comandancia del Sur dejando el puesto vacante.

De tal suerte que el 9 de noviembre de 1820, es reemplazado por Agustín de Iturbide, por propuesta del grupo de la Conspiración de la Profesa, cuyos militantes secretamente pretendían también la independencia, pero aspiraban crear una monarquía mexicana gobernada por un Infante de España, restaurar el absolutismo y abolir la Constitución de Cádiz, pues ésta era de corte liberal y quitaba privilegios a la clase acomodada y a la nobleza novohispana concediendo algunos derechos a la población en general.

Guerrero continuó manteniendo su foco de insurrección junto a su mano derecha, Pedro Ascencio de Alquisiras, en la zona montañosa del estado que hoy lleva su nombre, Guerrero.

Para su campaña contra Guerrero, Iturbide tuvo a su cargo el batallón realista de la Comandancia del Sur, antes bajo las órdenes de Armijo, el cuál comprendía el Batallón del Sur, el regimiento de Potosí, los escuadrones de Isabel, los Infantes de la Corona, el Batallón de Murcia y el Batallón de Tres Villas.

Posteriormente, a petición suya se le unieron también los regimientos de Celaya y el cuerpo de caballería de la Frontera.

agstiniturbide15sep14Guerrero enfrentó al ejército realista al mando de Agustín de Iturbide y éste al igual que sus antecesores, no puede derrotar a Guerrero, perdiendo como ellos la mayoría de las batallas contra los insurgentes surianos.

El 28 de diciembre de 1820, Ascencio de Alquisiras destruye la retaguardia del ejército de Iturbide, daña fuertemente una de sus alas y dispersa su centro, mientras que el 2 de enero, Guerrero rompe el sitio de Zapotepec, corta la línea realista y destroza al batallón realista del Sur.

El 25 de enero Ascencio de Alquisiras vuelve a derrotar a Iturbide cerca de Totomaloya, dos días después, el 27 de enero, Guerrero propina otra fuerte derrota a los realistas cerca de la "Cueva del Diablo", tras una dura batalla que se prolongó todo el día.

Estos combates fueron los últimos de la Guerra de Independencia, pues Iturbide, al darse cuenta de que no podía derrotar a Guerrero, le propone entrevistarse.

La Entrevista que decidió la Independencia.

Agustín de Iturbide le propone a Guerrero una alianza para lograr que algún miembro de la nobleza española llegase a gobernar a la Nueva España como monarca, prometiendo a Guerrero posición y soporte económico para él y sus tropas.

Iturbide señala a Guerrero que de no aceptar, las hostilidades hacia los insurgentes surianos se incrementarían, pero Guerrero no acepta y a cambio le propone, al igual que a sus antecesores, una alianza a favor de la libertad, la justicia social, y un gobierno mexicano dirigido por los "hijos de la patria" prometiendo a Iturbide cesar las hostilidades y poner su ejército a sus órdenes para tal fin.

Guerrero argumenta señalando la desconsideración, prepotencia, escarnio y represalias por parte del gobierno español hacia los ciudadanos de la Nueva España cuando éstos, a través de sus representantes, pidieron garantías de igualdad y reconocimiento a sus derechos civiles; esto a pesar de que la entonces provincia apoyó moral y económicamente a España durante la reciente invasión francesa.

Además le recuerda a Iturbide que es también su obligación velar por el bienestar de sus conciudadanos, puesto que siendo americano, conocía de sobra las injusticias hacia sus compatriotas y finalmente, Guerrero señala a Iturbide que contando los novohispanos con la fuerza y valor suficiente para hacer valer sus derechos y gobernarse a sí mismos, al igual que los otros pueblos libres y nobles del mundo, sería una vergüenza someterse a otros suplicando que se los respetasen como un gesto de magnanimidad, por lo que apunta a Iturbide que en caso de una negativa de su parte, él y los insurgentes a su cargo tenían la capacidad de continuar con la lucha hasta obtener la victoria, y que entonces, cualquier otro asunto lo discutirían en el campo de batalla.

Ante tamaña gallardía del insurgente, Iturbide acepta la proposición de Guerrero y su acuerdo se sella con el llamado Abrazo de Acatempan el 10 de febrero de 1821.

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Para el 24 de febrero se promulga el Plan de Iguala con el cual se unen los antiguos bandos en guerra formando así el ejército de las tres garantías o Ejército Trigarante y finalmente, el 27 de septiembre de 1821, el nuevo contingente militar o de las tres garantías entra a la ciudad de México desde diferentes rumbos, formando una columna al frente de la cual iban Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, terminando así la guerra y consumándose la Independencia de México, once años después de iniciada la lucha armada en el pueblo de Dolores Hidalgo.

Datos Curiosos de la Independencia de México.

La campana que Miguel Hidalgo hizo sonar la madrugada del 16 de septiembre de 1810, para motivar al pueblo a levantarse en armas "contra el mal gobierno español", una vez concluida la guerra de independencia fue conservada por los gobiernos liberales posteriores como uno de los símbolos primordiales del comienzo de ese importante movimiento.

campana15sep14Hoy, la campana de Dolores puede admirarse perfectamente restaurada, pero ya no en el campanario de la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores (en la población de Dolores Hidalgo, en el estado de Guanajuato), sino en un nicho ubicado justo arriba del balcón central de Palacio Nacional, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Durante su gobierno, el Presidente de la República en turno tiene la obligación de hacerla repicar para revivir, ante el gran público congregado en la plancha del Zócalo, el grito que con frenesí diera el padre Hidalgo para iniciar la lucha por la Independencia, la madrugada del 16 de septiembre de 1810.

Solo que por disposición del entonces presidente de la República, Porfirio Díaz y acaso por un mero capricho personal, en 1910 al cumplirse cien años de que iniciara la lucha por la Independencia de México, dispuso que el Grito de Dolores se efectuara la última hora del 15 de septiembre de cada año, en virtud de que ese día se festeja a los "porfirios" y quería que su "onomástico se celebrara en conjunto con tan memorable fecha para los mexicanos".

A partir de esa fecha, los presidentes en turno y las autoridades gubernamentales y municipales del país, conmemoran el inicio de la Guerra de la Independencia y el día de los “porfirios”, como si ambos eventos tuvieran algo que ver, uno con otro.

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