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Las Fiestas Patrias Siguen desafiando los Ideales de Hidalgo y Morelos: Obispado

  • Podemos decir que hoy las exigencias son más amplias y profundas, afirmó el obispo José María de la Torre
  • La desigualdad “escandalosa” no es un fatalismo insuperable, consideró el prelado

Alfonso Morales Castorena

obispo15sep14

Aguascalientes, Ags., 15 de septiembre de 2014.- (aguzados.com).- El obispo de la Diócesis, José María de la Torre Martín, señaló que al celebrar en estos días las fiestas patrias, en las que conmemoramos el inicio de la lucha por la Independencia de México, siguen desafiándonos con mayor fuerza los grandes ideales de libertad, justicia e igualdad que motivaron a Hidalgo, a Morelos y a quienes los apoyaron en aquel tiempo, para heredarnos un país libre.

Podemos decir que hoy las exigencias son más amplias y profundas, añadió al tiempo que en voz alta parecía elevar una oración "que el Señor le conceda a nuestro país sabios gobernantes que sepan resolver estas problemáticas fundamentales y decididos ciudadanos responsables que asuman su papel y cumplan su tarea por el bien de México y de todos nosotros".

Al recomponer la figura, el líder de la iglesia católica en Aguascalientes, refirió que juntos gobernantes y ciudadanos “podemos lograr tener un país más digno, más justo, más libre, más fraterno, una patria para todos, una patria generosa, educada, en concordia y en paz para todos”.

Reflejó su esperanza con las siguientes palabras "que vivamos en un México que de justicia, no legalidad, porque esta muchas veces no va acorde con la justicia, con la verdad, con la paz y si transitamos solamente por caminos de la legalidad, así fácilmente se seguirán cometiendo muchas injusticias de ambas conductas, de nuestros magistrados, de nuestros políticos que se amparan en la legalidad para crear una verdad a su modo".

Al hablar de valores, continuó diciendo el prelado, el pueblo cristiano, el pueblo de México, tiene que ser educado para que sepa amar la verdad, el bien, la justicia, la paz, sin duda alguna tiene que ajustarse a respetar las leyes, pero las leyes tienen que ajustarse a estos valores.

En esa medida, añadió, nuestro pueblo educado podrá salir de las dificultades que históricamente tiene, porque tanta gente que luchó por la libertad, la justicia, la igualdad y seguimos quizá en situaciones más trágicas y apremiantes en estos días, porque nos está faltando la educación, nos está fallando la repartición más justa de los bienes, nos está fallando la concordia, todavía seguimos enemistados.

Y al ampliar su comentario, el alto jerarca católico, aseguró que la desigualdad “escandalosa” en cuanto al acceso de los bienes no es un fatalismo insuperable, el problema de fondo está en la falta de fraternidad, en la insensibilidad ante las necesidades del otro.

La responsabilidad social de políticos y empresarios, puntualizó, ha de buscar no solo dar respuesta a las situaciones de emergencia o a programas asistencialistas que en ocasiones se lanzan con fines electorales, sino promoviendo un plan de desarrollo en el que las personas y las comunidades asuman en forma participativa tareas de superación.

Mientras que en el tema de la educación sostuvo que ésta no es solo el camino del progreso al mejorar conocimientos y habilidades, el capacitar para el trabajo, sino principalmente ha de concebirse como la formación de las personas que en el ejercicio responsable de su libertad, aprender a amar el bien, la justicia, la verdad y la belleza, de otra manera es imposible construir una nueva sociedad, pues estaría basada sobre un terreno frágil y superficial.

Gracias a Dios, dijo, no faltan los maestros y maestras que engrandecen el alma de los niños y los jóvenes, no solo por los conocimientos que imparten, sino por el ejemplo de vida con que forjan la conciencia de las nuevas generaciones.

Por otro lado, continuó diciendo, es triste y preocupante la contaminación de esta noble tarea de la educación por las prácticas viciosas de los grupos sindicales y sus líderes, que por otros intereses, la mayoría de las veces muy personales, descuidan su misión de formadores de las nuevas generaciones a través de la educación.

El obispo diocesano refirió que otra de las tareas pendientes para los mexicanos en la reconciliación entre todos los que formamos esta gran nación, reconciliación con nuestro pasado y nuestras raíces culturales, tanto indígenas como europeas, especialmente españolas, que siguen siendo vigentes y valiosas, reconciliación entre las distintas maneras de pensar, superando intolerancia, rencores y radicalismos ideológicos.

La discordia, –agregó- paraliza a los pueblos en su búsqueda de progreso porque a través del diálogo y no de la violencia podemos hacer que las diferencias contribuyan a una mayor riqueza espiritual, sabiendo que como compatriotas somos parte del mismo pueblo y no necesariamente enemigos.

Recordó que la violencia siempre provoca muerte, destrucción y atraso, la insatisfacción y la crítica legítima deben convertirse en propuestas creativas, inteligentes y viables que permitan hacer de México un país más digno, más libre y más fraterno.

El alto prelado católico remató su conferencia de prensa destacando que las fiestas patrias son una ocasión para ver qué tan ciudadanos somos, la auténtica devoción no es la de sentimentalismos estériles, sino la práctica de la virtud.

"Decir que somos patriotas porque nos emborrachamos el 16, porque pegamos de gritos, porque salimos en el desfile, porque lanzamos al aire Viva México y decimos barbaridades y dedicamos ofensas a los demás, no es más que un patriotismo estéril, folclórico, que no nos va a llevar a un compromiso ciudadano, ni vamos a hacer de nuestro México el país que todos deseamos", remató.

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