Ciudad de México.- 10 de octubre de 2020.- (aguzados.com).- No sólo hablamos del impacto que la desaparición de los fideicomisos tendrá en el desarrollo de la ciencia en nuestro país, ni de que el CONACYT le de preferencia a los saberes ancestrales por sobre las innovaciones que se pueden traducir en tecnología de uso cotidiano, sino de la tendencia a nivel mundial que ataca los avances científicos y desdeña las recomendaciones de los especialistas.
Se trata de una tendencia preocupante, que lo mismo condena las vacunas, las redes 5G o la investigación con alimentos para modificarlos genéticamente.
Contrario a las evidencias, se siguen ofreciendo productos milagro que curan desde el cáncer hasta dolores musculares, se sigue pensando en remedios caseros que sirven para casi todo, incluso dolencias crónicas, pues puede más el deseo de creer que en encontrar verdaderas soluciones.
Es curioso, pero naciones a las que se admira y se toma como referencia como Corea del Sur o Finlandia tienen una fuerte comunidad científica y basan su calidad de vida en los desarrollos de la ciencia, esa misma que nos permite contar ahora con teléfonos celulares desde los cuales nos podemos conectar a Internet, otro avance científico, para atacar a la ciencia que ha dado esa posibilidad, así como muchas otras que nos permite disfrutar una mejor calidad de vida que en décadas pasadas, algo que se nos olvida en aras de esta frase: “todo pasado fue mejor”, aunque en el pasado no tuviéramos tantas comodidades como en el presente.