Washington, D. C.- 4 de mayo de 2020.- (aguzados.com).- Los astrónomos pudieron ver este fin de semana una explosión extremadamente brillante de ondas de radio que emanan de nuestra propia galaxia. Esta sorprendente observación podría ayudarnos a comprender el misterio que hay detrás de estas emisiones, conocidas como ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés).
Telescopios de todo el mundo han compartido datos sobre la radiación electromagnética que proviene de la dirección de una estrella de neutrones altamente magnética, conocida como magnetar SGR 1935+2154. Este episodio, comentado por primera vez por ScienceAlert, se trata de la primera explosión de radio de ese tipo que se origina dentro de nuestra propia galaxia, aunque los científicos no pueden afirmar todavía al cien por cien que este evento se trate de una explosión rápida de radio como las que se han documentado provenientes de otras galaxias.
Las ráfagas rápidas de radio son exactamente lo que parecen: ráfagas cortas y potentes de ondas de radio que medimos desde la Tierra, que hasta ahora siempre habían sido originadas fuera de la Vía Láctea. Los científicos descubrieron la primera FRB con el radiotelescopio Parkes en 2001 y han encontrado muchas más desde entonces, incluidas algunas que se repiten. Dado que estas explosiones provienen de galaxias distantes, ha sido difícil precisar qué las causa, aunque algunos magnetares como el SGR 1935+2154 han sido considerados como su fuente más probable.
Los telescopios, incluido el Observatorio Swift de Neil Gehrels, el Telescopio espacial de rayos gamma Fermi y el telescopio NICER, percibieron por primera vez que el SGR 1935+2154 se estaba volviendo más activo el 27 de abril, emitiendo más rayos gamma y rayos X.
“Después de unas horas, de repente hubo una gran cantidad de brillantes explosiones”, dijo a Gizmodo Jamie Kennea, profesor de investigación en la Universidad Estatal de Pensilvania que trabaja en Swift. “Vienen tan rápido y tan juntas que se vuelven casi indistinguibles entre una y otra”.
Luego vino el flash: una explosión de ondas de radio que alcanzó el telescopio CHIME en Canadá. Se encontraban fuera de la línea directa de visión de CHIME, pero el telescopio las captó de todos modos.
CHIME es un radiotelescopio que consta de cuatro antenas que escanean continuamente el cielo 1000 veces por segundo en busca de estas ráfagas. Ya ha conseguido ver muchas de ellas, pero la explosión del magnetar SGR 1935+2154 fue algo especial.
“Fue tan brillante que lo pudimos ver por el rabillo del ojo, por así decirlo”, dijo a Gizmodo el Shriharsh Tendulkar, postdoctorado de la Universidad McGill. Sintieron que tenían que comunicar a la comunidad científica rápidamente su detección, mientras la fuente estaba activa.
Los avisos comenzaron a fluir y otros telescopios comenzaron a mirar la misma fuente, así que pronto telescopios de rayos X, rayos gamma y otros radiotelescopios comenzaron a recoger pruebas de la señal. Los investigadores publicaron sus observaciones en The Astronomer’s Telegram.
Los científicos ahora están trabajando para comprender si realmente han visto o no una ráfaga rápida de radio originándose dentro de nuestra propia galaxia. Tendulkar explicó a Gizmodo que la explosión habría caído en el posible rango de las ráfagas rápidas de radio, aunque en su extremo inferior, por lo que fuera de la Vía Láctea apenas habrá sido visible. También explica que todavía deben calcular mejor la distancia a SGR 1935+2154 y la intensidad real de la señal.
“Creo que vale la pena ser cauteloso al afirmar que los magnetares ciertamente pueden mostrar luminosidades del tipo de las FRB, pero este evento es ciertamente alentador”, dijo a Kasiz Victoria Kaspi, profesora de física en la Universidad McGill. Y en el caso de que fuese una ráfaga rápida de radio, este evento aún no confirmaría que los magnetares sean la fuente de todas las ráfagas rápidas de radio.
Los magnetares ha sido durante mucho tiempo el principal candidato para explicar estas explosiones. Los astrónomos piensan que los increíbles campos magnéticos de estos objetos pueden inducir temblores en estas estrellas, que ocasionalmente emiten y liberan explosiones de rayos gamma y rayos X. Pero los astrónomos no han visto ráfagas de ondas de radio saliendo de estos objetos celestes hasta ahora.