Ciudad de México.- 27de mayo de 2019.- (aguzados.com).- Una de las promesas de campaña del actual presidente norteamericano, Donald Trump fue la construcción de un muro en la frontera entre México y Estados Unidos. De acuerdo con su propuesta, esta medida ayudaría a controlar la migración y el flujo de drogas, sin embargo, algo que se ha dicho poco, es que parte de ese muro ya existe.
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha solicitado al Congreso fondos para la construcción de nuevas barreras, pero también para reemplazar las existentes construidas en las administraciones de Clinton y principalmente la de Bush. Otro punto relevante sobre este tema tiene que ver con cómo el cambio del gobierno en México o bien el desgaste de la figura de Trump ha generado modificaciones en las opiniones de la ciudadanía en nuestro país sobre si se construirá el muro o no y de ser así quién lo pagaría.
La línea fronteriza entre México y Estados Unidos abarca una gran cantidad de territorio. Mide 3,169 kilómetros, cruza cuatro estados estadounidenses y seis mexicanos. Antes de que Trump asumiera el cargo, ya se habían construido 1,000 kilómetros de barrera a lo largo de la frontera, la mitad para paso peatonal (muros) y la otra mitad para vehículos (vallas). La mayor parte de las barreras se edificaron en la administración de George W. Bush en el año 2006, quien logró que el Congreso aprobara el dinero necesario para el proyecto, el cual —por supuesto—costó mucho más de lo previsto y ha requerido además importantes fondos para el mantenimiento.
La propuesta de campaña de Trump contemplaba terminar el muro en los dos tercios del territorio que no cuentan con este tipo de obstáculos y construir un muro más alto de los que se han hecho. Después de hacer un cálculo de cuánto costaría el proyecto, Trump limitó su construcción a la mitad de lo planeado inicialmente y refirió que las barreras naturales como las montañas ayudarían al resto. De acuerdo con datos del Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU., de 2018 a la fecha, se han construido o empezado a construir 64 kilómetros de frontera, pues el presupuesto aprobado por el Congreso ha sido mucho menor al esperado.
La propuesta de Trump de construir un muro entre ambos países es ampliamente conocida en México. La encuesta realizada en vivienda, cara a cara, por Parametría muestra que desde 2017 los niveles de conocimiento rebasaban el 90% de personas que afirman haber escuchado de la intención del Presidente de Estados Unidos de hacer la construcción. Estos porcentajes son esperables por la intensa migración de personas y la relación económica, social y cultural entre ambos países.
Como es predecible, nueve de cada diez personas en México están en desacuerdo con que se construya un muro en la frontera con Estados Unidos. Este porcentaje no ha cambiado sustancialmente desde 2017 cuando lo preguntamos por primera vez pues, pasó de 87% a 85% quienes están en contra de la medida.
Donde sí vemos cambios es en la opinión pública norteamericana. La serie histórica del Pew Research Center que tiene más de diez años indica que a partir de 2016 más personas se manifestaron en contra de expandir el muro a lo largo de la frontera entre ambos países. En la medición más actual de 2019, el 58% de la población estuvo en contra de la expansión de la barrera y 40% a favor. Claro, se debe considerar que hay una polarización en el tema si se analiza por identidad partidista. El apoyo de los republicamos al muro se encuentra en un nivel récord (82%), mientras que el apoyo demócrata ha alcanzado el mínimo histórico (6%).
Es notable cómo en México el cambio de gobierno trajo consigo nuevas opiniones sobre si se construiría o no el muro. En marzo de 2017 cuando el Presidente era Enrique Peña Nieto, 60% estaba seguro que se edificaría una barrera entre ambos países. Para abril de 2019, ya con la administración de Andrés Manuel el porcentaje de quienes creen que se construirá el mismo bajó a 48% es decir, doce puntos menos.
Otro tema que también se modificó con la llegada del actual gobierno fue la percepción de quién pagaría por el muro en caso de que se construyera. En 2017, poco más de la mitad de la población aseguró que ante ese escenario, la obra la costearía México y sólo 25% dijo que lo pagaría EEUU. En abril de 2019 los porcentajes se invirtieron, 59% dijo que Estados Unidos sería quien pagaría por el muro y 32% consideró que México tendría que pagarlo.
Este dato puede ser producto de una percepción ciudadana de un gobierno mexicano más fuerte, que no ha tenido el desgaste propio de llevar a cabo las políticas gubernamentales y de un optimismo generalizado de cómo nos vemos frente al país vecino.
Poco más de la mitad de los mexicanos cree que la razón principal por la que Estados Unidos quiere construir un muro en la frontera es para evitar la migración de personas, así lo mencionó 56% de los encuestados. La segunda respuesta aunque con muchas menos menciones es la de evitar que los cárteles pasen droga al país vecino (20%). El tema de evitar que terroristas lleguen a Estados Unidos por esa vía es casi nulo, sólo una de cada diez dio está como la razón para construir el muro.