- Las campañas negras deben tener consecuencia
Javier García Zapata
Aguascalientes, Ags.- 12 de mayo de 2019.- (aguzados.com).- Además de no pocos padres de familia y vecinos, seguro que las únicas diez personas en Aguascalientes que ya desean termine la Feria de San Marcos son los candidatos a la alcaldía de la capital. Ello no obstante que, pese a la absurda pretensión del Patronato de prohibirlo, podían hacer campaña en la zona; el asunto es que si en su sano juicio los ciudadanos no hacen caso, nada más se podía esperar en circunstancias feriales.
Cuando la verbena 2019 exhale su último suspiro les quedarán poco más de dos semanas para intentar convencer a los electores de ser la mejor opción, aunque sin duda la gran mayoría de los ciudadanos tiene ya decidido su voto desde hace rato.
Encuestas y sondeos, tanto los profesionales como los cuchareados, sobre todo, al igual que la propia percepción dan una ventaja indiscutible, e insuperable, a la actual Alcaldesa con licencia. El segundo lugar se lo pelean los candidatos del PRI, Netza Ventura, y el de Morena, Arturo Ávila.
La campaña había transcurrido entre los bostezos de la población, la abulia de muchos de los candidatos, la manipulación de la información, las campañas negras, el excesivo gasto en medios, y el circo morenista que desembocó en la nominación de Ávila.
Intencional o no, lo cierto es que son los desatinos y no las propuestas sólidas las que han dado proyección al partido del Presidente. Primero a raíz de la enconada disputa por las candidaturas, que incluyó acusaciones de índole sexual, y luego por la intervención del senador Ricardo Monreal, quien con su presencia y sus palabras confirmó lo que todos afirman: Arturo Ávila es “su” candidato.
A riesgo de ser irreverentes, bien podríamos parafrasear a Lope: “¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?”.
Qué será lo que se juega aquí, un estado tan pequeño, que la elección ha despertado tanto interés, se preguntan no pocos ciudadanos. A diferencia del grueso del electorado, que más bien se muestra apático, personajes desde Otto Granados hasta Brozo, pasando por Monreal, se han ocupado de estos comicios, cada cual desde su perspectiva. Del exgobernador, exsecretario y exembajador se explica en virtud de su oriundez, y de Brozo en razón de su oficio.
Ambos le tundieron duro al senador, quien acumula más de 60 denuncias ante la Fepade, que encabeza su amigo José Agustín Ortiz Pincheti, quien ha comprometido actuar con “impecabilidad”, y estudiar el tema con “equidad y ética implacable”, aunque sin prisa. Quizá ese “no nos vamos a precipitar” sea una apuesta a que el asunto se diluya, no obstante que el propio senador advirtió que regresará a Aguascalientes para expresar nuevamente su respaldo a Ávila Anaya.
Quién sabe si su apoyo alcance en términos de tiempo y de peso para revertir el duro golpe que este sábado sufrió en las “benditas redes sociales” el candidato morenista, en voz de una joven, supuesta exempleada suya, quien lo acusó de acoso sexual.
En un mensaje videograbado la chica afirma que presentó su denuncia desde marzo de 2018 (Investigación CI/Ags/22256/3410) pero no la había hecho pública por temor, pues en cuanto el ahora candidato se enteró de que ella acudió ante la Fiscalía General del Estado, amenazó con dañar a la familia de la denunciante. Pero “hoy siento que no puedo más, y por eso decido contar la verdad”, afirma.
La acusación podría dejarlo noqueado en definitiva sobre el ring, como ese ring que se ha utilizado para pretender exhibir a Tere Jiménez.
El hecho es que deben tomarse medidas para poner fin a tanto lodo que se vierte durante las campañas, sobre todo porque ya se le ve como natural e inherente al proceso electoral.
A todos los niveles se da; recuérdese que un expresidente y un exgobernador se acusaron de los peores delitos, y no pasó de la simple anécdota. Otro tanto ocurrió con el exgobernador veracruzano Yunes en su pleito con el Presidente López Obrador.
Los exabruptos, si bien no están justificados, se explican a la luz de la pasión electoral. Pero las acusaciones como las que enfrenta ahora Arturo Ávila Anaya deben investigarse para poner a cada quien en su lugar y dejar a salvo honras y buen nombre; por supuesto, aquí puede caber el perdón cristiano, pero no el borrón y cuenta nueva.
Las veredas quitarán…
Debo agradecer a mi muy estimado Mario Mora Legaspi la oportunidad de regresar a las páginas de El Sol después de 30 años. Lejanos pero entrañables tiempos, en que me tocó la oportunidad de ser Jefe de Redacción del matutino y de la Extra, escribir una columna y revivir el Maratón Guadalupano.
Bien dicen “las veredas quitarán, pero la querencia cuándo”. De manera que, con el favor de Dios, y la hospitalidad de El Sol y de Mario, aquí nos estaremos saludando.
Este artículo se publicó en El Sol del Centro y su autor generosamente lo comparte con los lectores de AguzadoS.