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Una sinfonía colosal de Anton Bruckner para el Sexto Concierto de la OSA

  • Continúan las obras colosales de la música clásica en el Teatro Aguascalientes

osa18jun15Aguascalientes, Ags, 18 de junio 2015.- (aguzados.com).- El Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA) y la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes (OSA), invitan al Sexto Concierto de esta temporada que tendrá lugar en el Teatro Aguascalientes el viernes 19 a las 21 horas bajo la dirección de Román Revueltas Retes.

En el programa de este concierto se interpretará la Sinfonía Número 8 en la Mayor de Anton Bruckner.

Comenzada en 1884, inmediatamente después de terminar su 7º sinfonía y tras la euforia de su éxito, la Sinfonía N.º 8 en do menor tendrá una historia difícil. Terminada en un principio en 1887, pero rechazada por Hermann Levi, quien tuvo un papel determinante en el triunfo de la séptima y que al no comprender la nueva obra estuvo a punto de llevar a Bruckner, raramente tan satisfecho consigo mismo, al suicidio. De tal forma, en su espíritu, la nueva partitura representaba un logro absoluto. Tras una revisión que duró dos años, la sinfonía conoció un gran éxito en su estreno en Viena el 18 de diciembre de 1892 por la Wiener Philharmoniker bajo la batuta de Hans Richter.

Las críticas la calificaron incluso de sinfonía de las sinfonías o cumbre de la sinfonía romántica.

Robert Haas publicó su versión en 1939. Haas basó su edición en el autógrafo de 1890, pero incluyó numerosos pasajes de la versión de 1887 que habían sido omitidos o modificados en la primera, y lo justificó argumentando que estas modificaciones fueron hechas por Bruckner bajo la influencia de Schalk, Levi y otros, que socavaron su propia confianza como compositor, y le llevaron a traicionar sus propias ideas originales, embarcándose en un periodo de profunda revisión de esta y otras obras anteriores.

Los cambios más significativos que hizo Bruckner (y fueron repuestos por Haas) corresponden al Adagio y el final. Haas llegó a componer él mismo algunos pasajes intermedios, reelaborando algunos materiales de Bruckner anotados al margen en el manuscrito de 1890, por lo que se le ha acusado de excederse en sus responsabilidades como editor. En cualquier caso, esta ha sido la edición más popular entre los directores brucknerianos, y ha seguido utilizándose incluso después de la aparición de la edición de Nowak de la versión de 1890. Por otra parte, Eugen Jochum, que utilizara la edición de Haas para su primera grabación, en 1949, empleó la de Nowak para sus sucesivas grabaciones, mientras que Furtwängler, que dirigió el estreno de la edición Haas, volvió a la edición de 1892 al final de su carrera.

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