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El clero católico se pronunció por una convivencia social más libre y justa, “donde reine la paz”

  • Seamos constructores de la paz y no de la violencia, propagadores del Reino de Dios: Sosa Palos

Alfonso Morales Castorena

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Aguascalientes, Ags., 10 de noviembre de 2014.- (aguzados.com).- En voz del vicario general de la Diócesis, Raúl Sosa Palos, la iglesia católica se pronunció por una convivencia social más libre y justa en la que los diversos grupos de ciudadanos se asocien y movilicen para hacer frente a sus necesidades fundamentales y para entender sus legítimos intereses.

Así lo hemos visto en las últimas semanas, señaló el prelado, como respuesta a la desaparición de 43 normalistas, que ha sido el despertar de una sociedad civil encabezada por los estudiantes y a la que se han unido otros sectores de la sociedad, que busca una incidencia social, política y cultural, para entender y defender sus derechos y los de la comunidad.

También para provocar cambios estructurales en el orden de la construcción del bien común y el respeto a los Derechos Humanos, agregó Sosa Palos durante la reunión con los medios informativos a la que asistió en ausencia del vocero oficial diocesano, Carlos Alberto Alvarado Quezada y del titular de la Diócesis, José María de la Torre Martín.

El sacerdote manifestó que es necesario hacer oración por los que han desaparecido o muerto, “oremos por nuestra patria, pero promoviendo el orden social en la construcción de la paz, ese es el llamado que hacemos, que seamos constructores de la paz”, reiteró.

Al respecto Sosa Palos recurrió a la promulgación de la encíclica "Pacem in Terris" (Paz en la Tierra), hecha por el Papa Juan XXIII hace 40 años, que refería que la paz existe siempre con el respeto a la vida, a los derechos de cada ser humano y una conversión a las exigencias de la verdad, de la justicia, de la solidaridad, de la libertad y del amor.

Aseguró que estos son los auténticos pilares sobre los que se ha de fundamentar la paz entre las naciones y también la diaria convivencia entre las personas, “en la sólida fe puesta en Jesucristo, el Hijo de Dios, Él es nuestra paz, el único que puede cambiar el corazón de las personas”.

Recordó que el Papa Paulo VI por su parte, afirmaba: "Jamás la Guerra, Siempre la Paz", porque la violencia engendra violencia, por ello es este llamado, precisó el sacerdote, para que se pida, se promueva la paz y ésta se haga realidad entre nosotros.

Agregó que a pesar de estos acontecimientos dolorosos y todos aquellos que percibimos en nuestra sociedad, en nuestro entorno, en nuestra patria, en el mundo entero, desde la paz podemos ser artífices y constructores de un mundo mejor para todos.

Precisó que ante el clima de violencia, opresiones, alta marginación, miseria e injusticias que se viven en el país, seamos constructores de la paz, aunque esto no es tarea fácil para el discípulo de Cristo porque siempre surgen conflictos de toda índole, como en la familia, en los centros de trabajo, en la sociedad en la que vivimos donde hay multiplicidad de partidos y de ideologías, por lo tanto no es fácil construir la paz en medio de este ambiente.

Por ello, añadió, seamos constructores de la paz y no de la violencia, promotores de salud y no de muerte, propagadores del reino de Dios y no de ideologías, sino del reino de Dios que da vida nueva.

“Él entró en nuestro mundo -continuó diciendo el vicario diocesano- como el Príncipe de la Paz, instauró y anunció la llegad del Reino de Dios, que es Reino de verdad y de justicia, de amor y paz entre los hombres, ofreció su vida y fue resucitado por el Padre para ofrecer la paz a todos los pueblos de la tierra, venciendo el odio y las divisiones existentes entre ellos, de este modo Cristo es reconciliación y paz para la humanidad, al unirnos a todos como hijos de un mismo Padre”.

Para concluir la conferencia de prensa celebrada en la sede diocesana, Sosa Palos dijo que a lo largo de los siglos la iglesia, “consciente de que la paz es un don de Dios, ha invitado a sus hijos a orar para que este regalo del Señor a la humanidad, sea acogido por todos en el hondón del alma con un corazón generoso y desde una actitud libre y responsable”.

La iglesia, añadió, asumiendo sus propios pecados y las debilidades de sus miembros, ha proclamado y deberá seguir proclamando hasta el final de los tiempos el Evangelio de la Paz, invitando a sus miembros a comprometerse en la construcción de un mundo fraterno y solidario, basando en unas relaciones de justicia y de amor entre todos los miembros de la familia humana.

Remató su intervención recordando las palabras de Jesús, "vengan a mí todos ustedes los que están cansados y agobiados y yo les daré alivio, porque mi yugo es suave y mi carga es ligera" y a los familiares de los 43 estudiantes normalistas, aún en calidad de desaparecidos, les decimos que en Él podrán hacer más llevadero su dolor y podrán experimentar la paz que tanto necesitan en sus corazones y en sus familias, los bendecimos y les aseguramos que nos mantendremos en oración por ustedes”.

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