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Festejando a la Patria, La Libertad en Lista de Espera

  • Los recursos naturales no pueden estar sujetos al yugo de la esclavitud y el oprobio

Alfonso Morales Castorena

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Aguascalientes, Ags., 2 de septiembre de 2014. (aguzados.com).- Septiembre Mes de la Patria, de gran fiesta multicolor, de engrandecer el espíritu de los mexicanos y de enaltecer la memoria de quienes nos dieron Patria y Libertad, como lo pregonan jilgueros y cantores oficiales informativos a todo pulmón, inició oficialmente como todos los años, con el informe presidencial del gobernante mexica en turno.

Pero varios pasajes de esa lucha armada, del gran movimiento social, político y económico, que inició la madrugada del 16 de septiembre de 1810, con el ya conocido Grito de Dolores y culminó once años después, el 27 de Septiembre de 1821, con la entrada triunfal del Ejército Trigarante, comandado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, a la ciudad de México, son desconocidos por las actuales generaciones.

También les es desconocido que luego se trastocaría el objetivo central de la anhelada y conseguida, a costa de muchas vidas, independencia nacional, porque la Nueva España ya sin las cadenas que la ataban a un reino, se convertiría, por capricho de Agustín de Iturbide en un efímero Imperio Mexicano, en una monarquía religiosa manteniendo como base el culto católico que daría paso, en el año 1823, a la República Federal Mexicana que hoy conocemos y se separaría en definitiva de América Central.

Y no sería sino hasta el año de 1836, luego de que España fracasara en varios intentos por recuperar el territorio perdido, incluyendo una expedición punitiva al mando del ibero Isidro Barrada, en el año 1829; cuando finalmente reconociera la Independencia de México a raíz de la muerte de Fernando VII, el rey en turno en la Península Ibérica.

Solo que esa sería la conclusión final del gran movimiento y el objetivo central de éste, liberar al territorio mexicano del yugo español se había logrado a un precio muy elevado, pero nada era comparable si a partir de entonces, cada rincón de la otrora colonia ibérica, se olvidaba por completo del concepto del virreinato que la regía, de lo que hablaremos en próximas letras.

Los Orígenes del Movimiento Armado

1apteindepend2sept14aAntes de 1810, se refiere en la obra Historia de México, de Don Alfonso del Toro, ya se sabía de antecedentes ideológicos notables y sobresalientes encaminados a satisfacer esa hambre de libertad, sobre todo de los criollos -individuos nacidos en la Nueva España de padres europeos- de los notables y de varios de los grandes señores nativos de esta tierra, destacando entre ellos el sacerdote Fray Melchor de Talamantes.

Al religioso mercedario, peruano de origen, que arribara a la entonces Nueva España a finales de 1799, en el año de 1808 se le achacaba la circulación de varios panfletos y escritos subversivos en los que manifestaba que el suelo mexicano por contar con recursos naturales de primer orden, vastos y generosos, que proporcionaban el sustento y la felicidad de los naturales, no podía estar sujeto a un yugo de esclavitud y oprobio, que además de ser posible, su independencia era deseable, ante el abandono del gobierno español por atender sus propias necesidades.

También señalaba que un gobierno libre y constituido por los naturales le daría a la Nueva España, con otro nombre, el esplendor que requería para brillar con luz propia en el Nuevo Mundo.

La semilla que el sacerdote sembrara entre la sociedad a la que pertenecía y sus adeptos, germinó con el sentimiento de separación de la península ibérica y por consecuencia en la obtención de la ansiada liberación del mismo, sin que se tomara en cuenta el costo tan alto que se tendría que pagar por ello.

Sin embargo, los años pasarían sin que nadie osara enfrentar una lucha armada para lograr ese ideal y no fue sino hasta 1810, cuando la ocupación francesa en la metrópoli pareció ser el detonante que se requería para iniciar el gran movimiento social, político y económico que ya se necesitaba para despojar a la Nueva España de las cadenas que la ataban al reino español.

Para entonces ya se gestaban en todos los territorios bajo el yugo español y que componían lo que se conocía como La América Hispana, movimientos de liberación que el 19 de abril iniciara Caracas con la instauración de la Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII.

Y al tener eco en los territorios dominados por la Corona Española, Buenos Aires inicia su lucha armada de liberación, el 22 de mayo de ese año de 1810; tres días después aparece la insurgencia en Perú; para julio 20 de ese mismo año, Santa Fe, en Bogotá, Colombina, se levanta en armas, vendría entonces el movimiento independentista de la Nueva España, el 16 de septiembre de 1810 y por último, Quito comenzaría su lucha armada en octubre del mismo año, con lo que la Corona Española perdía la casi totalidad de sus posesiones en las tierras descubiertas por Cristóbal Colón y conquistadas por Hernán Cortés.

Todo ello ocurría al desdén de las severas penas anunciadas en el año de 1808 por la Santa Inquisición para quienes no acataran las prohibiciones que hiciera para la circulación de libros, panfletos, papeles y escritos que incitaran a la subordinación a las legítimas potestades españolas y fueran promotores de la ansiada independencia.

Los insurrectos de ese año de 1808 se lanzaron a las armas debido a la severa crisis económica que se sumó a los profundos cambios sociales y políticos emanados de las Reformas Borbónicas ocurridas en España y que repercutieron de manera grave en suelo mexicano, generando con ello el consabido malestar de varios segmentos de su población, aparte de que se tuvo que soportar la invasión francesa, como consecuencia de la abdicación al trono de Carlos IV y Fernando VII a favor de Napoleón Bonaparte, quien dejaría a cargo del reino a su hermano José Bonaparte.

Esa situación, de ausencia de poderes en la Nueva España, llevaría al virrey José de Iturrigaray a reclamar la soberanía que se buscaba y como reacción, fue víctima de un golpe de estado que encabezó el español Gabriel de Yermo, quien lo llevó a la cárcel, junto con los cabecillas de ese movimiento, entre los que figuraban el regidor del H. Ayuntamiento, Miguel de Azcárate, el sacerdote mercedario, Fray Melchor de Talamantes y Francisco Primo de Verdad y Ramos, éste último que el 4 de octubre de ese año fue encontrado colgado en la celda que ocupaba en el edificio del arzobispado de México.

Pero las ideas de liberación nacional ya estaban en marcha y solo era tiempo de que tomaran el lugar que les tenía preparada la historia y tras dos años de refugio en Querétaro, al amparo y protección del corregidor Miguel Domínguez y de su esposa, Josefa Ortiz de Domínguez, Miguel Hidalgo y Costilla, junto con sus mecenas y varios de sus correligionarios, sentaron las bases de la futura lucha armada.

Las Cuatro Etapas de la Independencia de México.

1apteindepend2sept14bEl levantamiento armado, de acuerdo a la Historia de México, cuenta con cuatro etapas que abarcan desde el grito de Dolores, la madrugada del 16 de septiembre de 1810, hasta la batalla del Puente de Calderón, perteneciente hoy al municipio de Zapotlanejo, en el estado de Jalisco, donde el Cura Hidalgo fue derrotado por el realista Félix María Calleja, el 17 de enero de 1811.

La segunda etapa cuenta la participación activa de José María Morelos y Pavón, que se integró a la insurgencia en el año de 1811 y fue el artífice de la toma del Fuerte de San Diego en Acapulco, en agosto de 1813, comprende además sus triunfos en Cuautla, Morelos; Acapulco y la hoy capital del estado de Guerrero, Chilpancingo, donde celebró el Primer Congreso de Anáhuac.

Esta tercera etapa se distinguió por el desorden que imperó en las fuerzas insurgentes al caer prisionero el segundo jefe en importancia del movimiento armado, José María Morelos y Pavón, juzgado en corte marcial y fusilado el 22 de diciembre de 1815 en Ecatepec, Estado de México; hay vacío en el mando de los subversivos y el realista Félix María Calleja se rehace, integra nuevos miembros a su ejército y se lanza a la ofensiva.

Para entonces el jefe español mantenía la esperanza de que acabaría con la rebelión, porque solo enfrentaba pequeñas escaramuzas y revueltas en la zona sur del suelo mexicano, cuyos insurgentes ya contaban con el mando de Vicente Guerrero, quien no ceja en su intento por conseguir la ansiada liberación de la Nueva España, terminándose ese periodo en febrero de 1821 con la firma del Plan de Iguala.

La última etapa del movimiento armado va del 24 de febrero de ese año de 1821 hasta el 27 de septiembre del mismo año, con la entrada del Ejército Trigarante del ex realista y ya converso insurgente, Agustín de Iturbide, que acompañado del segundo en el mando, Vicente Guerrero, marcha triunfal por la avenida Francisco I. Madero al frente de su contingente hasta la plancha del zócalo, donde es vitoreado por miles de ciudadanos, que enterados de la consumación de la la independencia y del término de tres siglos de dominación española en tan solo once años de lucha, salen a las calles a festejar a grito abierto el éxito de la beligerancia "que nos dio Patria y Libertad".

En la próxima entrega, citaremos los pasos de cada una de estas etapas que conformaron la lucha por la Independencia del México que hoy todos disfrutamos.

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